Pubs y cervecerías con mucha onda que ofrecen grandes hallazgos. Anotá, salí de ronda y animate a probar este boom birrero que no para de subir la espuma.
Por Daniela Dini
Verano, calor, patio o terraza y en la mano…, infaltable una cerveza bien fría. El punto es que de esa mezcla aparentemente simple -malta, lúpulo, levadura y 90% de agua- hay todo un universo que podés conocer adentrándote en un nuevo fenómeno: el de la cerveza artesanal. Empezó, en su mayoría, con historias de amigos fanáticos que se largaron a producir en el garaje, pasaron a la microcervecería y hoy suman su marca a un segmento prácticamente de culto y que es parte de una tendencia que apunta a un consumidor más curioso, que quiere probar, saber más, experimentar.
Con sustanciales diferencias frente a la industrial -como el tamaño de producción, la cadena de distribución y hasta el sabor, que apunta a una búsqueda más sofisticada-, las artesanales ganan terreno mientras crece un circuito que suma pubs y cervecerías con mucha onda y con canillas que nos ofrecen grandes hallazgos.
Si sos de las que disfrutan de una buena cerveza y te entusiasma expandir tus “saberes” en la materia, salí de la trilogía “rubia-roja-negra” y hacé una recorrida para descubrir estilos bien diferentes (hay más de cien). Arrancá con la regla básica que divide este mundo según el tipo de fermentación: las lager y las ale. Las primeras son la mayoría de las comerciales -el 95% del mercado mundial lo es-. Son menos aromáticas, tienen poco cuerpo, menos alcohol, y por eso son muy refrescantes -la pilsen es el estilo más conocido-. Las ale, por su parte, son más complejas en aroma, cuerpo e incluso alcohol: por eso la mayoría de las artesanales suelen ser de este estilo. Aquí entran las IPA, stout, amber ale (rojas), porter, pale ale, golden ale. Se beben tiradas, pero si las consumís embotelladas, es importarte prestar siempre atención a la fecha de vencimiento porque las artesanales no tienen conservantes.
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Pulpería Quilapán
La propuesta: en San Telmo, esta casa chorizo de 1860, restaurada por una pareja de jóvenes franceses -y que conserva la pared más antigua de la ciudad, de 1720-, tiene dos patios ideales para pasar el verano, birra en mano. Entre las cervezas especiales: la de quínoa de La Serena de San Luis (100% orgánica) y la Strauss, de sorgo, apta para celíacos.
Cuánto: porrones a $65, botellas a $80 y para llevar, $60.
Dónde: Defensa 1344.
Cuándo: todos los días, de 08 a 01. Lunes, cerrado, y domingos, hasta las 20. Los martes de verano hay noches de jazz.
Más info: www.pulperiaquilapan.com.
