Nuestra Señora Gaucha del mate, en tu santo nombre

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La litúrgica tradición del mate y sus valores han devenido en advocación. Nuestra Señora Gaucha del Mate así lo asevera.

De mano en mano, y de corazón a corazón. Así va el mate, cebada tras cebada. ¡Vaya ceremonia aquella! Y en el más religioso de los sentidos, pues el mate excede el mero concepto de infusión. Si lo sabrá usted, paisano… Ritual, filosofía, espíritu. El mate invita a compartir, y cuando no hay más fulana que la soledad, pues entonces es compañía. Mi amigo el mate, mi fiel camarada; ese que entiende más de culto que de simple costumbre. Y parece que así lo ha entendido hasta el mismísimo clero. Nuestra Señora Gaucha del Mate, alta en el cielo y adorada en la tierra, lo explica todo.

Con todas las de la ley

Una nueva advocación, sí señores, esa en Nuestra Señora Gaucha del Mate. ¿Y dónde más podría haber nacido sino en la tierra de la yerba mate? De la provincia de Misiones a todo el Mercosur, región para la cual ha sido propuesta como patrona. Así como lo oye. Y déjeme decirle que para nada descabellada ni blasfema ha resultado la idea. No, no. Pues quien levantó el pulgar a tamaña iniciativa no fue más que el propio Papa Juan Pablo II. De puño y letra, el mismísimo Santo Padre se encargó de explicitar el visto bueno del Vaticano, el 1 de mayo de 1993: “De todo corazón otorgamos la implorada bendición apostólica, bajo los auspicios de Nuestra Señora del Mate” ¿Qué tal? Nunca tan bien dicho, “toma mate”.

Una santa costumbre

Una nueva advocación, sí. Aunque no se trata de ninguna virgen aparecida, no vaya usted a creer. ¿Algún milagro manifiesto, tal vez? Tampoco, la razón que llevó el presbítero Domingo Lancellotti a promover tal advocación no es más que todo cuanto, hemos dicho, el mate encierra en su profundo significado. Sentada junto a un brasero, con el mate en sus manos, Nuestra Señora Gaucha del Mate es capaz de reflejar una costumbre argentina (además de uruguaya, paraguaya y hasta brasilera) casi litúrgica. Acercando la divinidad de la Virgen María a la nobleza del mate y su arraigo social.

Amistad, camaradería, hermandad, comunión, religión. Todos los caminos conducen a Roma. Y todo cuanto representa al mate, ha llegado derechito al Vaticano. Nuestra Señora Gaucha del Mate ya se encuentra entre nosotros. Difícil evitar su adoración.

 

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