Estimados parroquianos,
El ladrido del perro marrón del vecino no detiene a la pulpería.
“Malos vecinos son pero y sino.”
Animados por un terrible orgulloso celoso, dos vecinos mezquinos, feos y malos hicieron todas las denuncias que podían para lograr al cierre de la Pulpería Quilapán. Una larga y intensa lucha de parte de ellos, molestando a todas las autoridades que vinieron unas veinte veces a ver qué era lo que podía molestar tanto en una pulpería dedicada a la valoración del patrimonio cultural, ecológico y social Argentino.
Felicitaciones, por fin lograron la clausura de la pulpería.
El jueves 28 de Mayo 2015 a las 22:54 debarco una armada de policías metropolitanos, de miembros de la fiscalía y 5 inspectores.
Horror y anatema: una pareja de parroquianos -después de unos traguitos de vino patero-, estaba bailando una zamba al ritmo de un payador mazorquero.
¡Sacrilegio! Estaría prohibido bailar zamba en las pulperías?
“Usted no tiene ni la habilitación discoteca ni milonga señor pulpero, la gente no puede bailar, debemos clausurar el local”.
Grabé toda la intervención con mi celular. ¡Es que soy un pulpero siglo XXI, parroquianos! Espero que los responsables de todas las incoherencias que surgen en mi videito responderán de sus actos.
Así que la pulpería tiene la obligación de mantener sus rejas cerradas hasta que la justicia haga lo suyo. Pero el e-pulpero sigue de pie y los espera en la web. Vayan a pasear en www.pulperiaquilapan.com y de paso dejarme mensajitos.
La chipá volverá más caliente, y palabra de pulpero, en la Pulpería Quilapán podrán bailar zamba hasta que se gaste toda la goma de sus alpargatas. Podrán cantar los payadores hasta el canto del gallo y vivirá el alma del campo argentino. Cada ladrillo, será testigo de nuestro amor por la tradición y del eco del grito sagrado ¡Libertad, libertad, libertad!
El descanso que no se cumple se pierde. Así que aprovechen y descansen vecinos, porque ya se escucha el bombo de la chacarera que vuelve.
“Cierra tu puerta y alaba a tu vecino”. Del buen vecino sale el buen amigo.
Al gran pueblo argentino, ¡salud!
El Pulpero
Aro…aro…aro: ¡Qué buenas son mis vecinas, pero me faltan tres gallinas! |