Michanku, el vino artesanal de Mirtha Losso

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Hacer vinos hace generaciones no es cosa común. Mirtha Losso nos explica acerca de su pasión familiar, el vino artesanal Michanku.

El nombre Michanku alude a un lugar llamado Michango, situado en el departamento de Pomán, al oeste de la provincia de Catamarca. Allí se instalaron la familia Antonio Losso y Jacoba Olivier, un matrimonio de inmigrantes italianos que llegaron al país a fines del siglo XIX. En 1910, compraron tierras productivas al pie de la cadena del Ambato, frente a un emblemático cerro llamado el Manchao. Es en Michango donde se encuentra el viñedo que produce los vinos de Michanku. Así comenzó una tradición que se ha perpetrado por generaciones y generaciones, llegando hasta Mirtha Losso, quien con ayuda de sus hijos mantiene vivo el legado de sus antepasados. ¿Querés conocer un poco más de esta hermosa historia? ¡Seguí leyendo!

Entrevista con el Pulpero

El Pulpero: ¿Cómo llegaste hasta acá?

Mirtha Losso: En avión, porque vengo de Europa. Me he dado el lujo y el regalo a mis 63 años de irme con amigas Turquía, Grecia e Italia, y recién vengo a caer en Buenos Aires a la Feria Tecnópolis. Estoy agotada.

El Pulpero: ¿Nombre y profesión?

Mirtha Losso: Mirtha Losso, soy psicóloga y además produzco pequeñas cantidades de uva y de vino artesanal.

El Pulpero: ¿Cómo describirías lo que haces?

Mirtha Losso: ¡Uf! Mucho esfuerzo, mucha solución a los problemas de todos los días. Es como jugar, como cocinar. Es mezclar y mezclar, y entretenerme porque no es tampoco una actividad industrial, donde hay que hacer todo estándar.

El Pulpero: ¿Hace cuánto lo hacen?

Mirtha Losso: Yo y con mis hijos, desde el 2004… diez años. Pero esta producción viene de antes, de mis padres y de mis abuelitos.

El Pulpero: ¿Qué es lo más importante para ustedes?

Hija de Mirtha Losso: Sostener los valores que venían de la familia, creo que eso por un lado te motiva a seguir y te impide dejar.

El Pulpero: ¿Qué es lo mejor de este negocio?

Mirtha Losso: Lo mejor es estar en contacto con la tierra y con una actividad que es muy propia, que es muy personal, que en general es deseada por los otros. Todo el mundo quiere tener una casita, una finca, unas plantas, y hacer su vino o hacer sus dulces. Es como un sueño que tiene el que vive en la ciudad en general.

El Pulpero: ¿Y lo peor?

Mirtha Losso: Lo peor es uno tiene que trabajar mucho y por eso me di el lujo este del viaje porque ya, a esta edad, tengo que empezar a parar un poco.

El Pulpero: ¿Un agradecimiento?

Mirtha Losso: A los chicos, a mi mamá, a mi papá. ¡Qué sé yo! Al gobierno no, a los vecinos tampoco. Mi papá y mi mamá fueron dos bravos. Ellos hicieron juntos la viña. Uno quiere seguir con la misma energía, ¡pero uno está solo! Los hijos no pueden estar sosteniendo el deseo de una madre.

El Pulpero: ¿Un refrán o una frase?

Mirtha Losso: Siempre se me ocurren cuando no es el momento… Michanku, arte en vino. Crear arte con las cosas que uno hace.

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