Muña muña, el yuyito cumplidor

FOTOTECA

Para la digestión, la inflamación, la visión y hasta la pasión. La afrodisíaca muña muña muña es flor de notición.

A juzgar por su nombre, más de uno podrá tomarse el asunto para la chacota. Pero lo cierto es que la muña muña es cosa seria: chiquitito y rendidor, este yuyo habita entre nosotros desde tiempos inmemorables, aquellos durante los que nos ha entregado su sin fin de bondades. Léase estas líneas y entenderá por qué se lo digo.

Mucho gusto

La satureja parvifolia, más conocida como muña muña, es un arbusto caducifolio (de esos que pierden su follaje durante las estaciones frías) oriundo de Perú; aunque de generosa abundancia en las zonas serranas y montañosas de nuestro país: Córdoba, Mendoza, San Luis, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Salta y Jujuy. Sí, sí. Muña, muña pa’ tirar al techo. Y para respirar de lo lindo… Es que este arbusto que promedia el metro de altura es sumamente aromático, y no se priva de ofrecer simpatía a los ojos: sus diminutos pelos cubren la totalidad de una planta cuyas hojas también son pura pequeñez. Sin embargo, esta chiquitina sí que se las trae.

Una joyita

¿Para qué cree usted que, antaño, pudo haberse utilizado este yuyo? Cierto es que, antiguamente, las plantas con propiedades del tipo medicinales solían reducir su aprovechamiento al ámbito terapéutico; pero el paso del tiempo ha hecho que su campo de acción se amplíe considerablemente. Y la muña muña no está exenta de ello: no se asombre si le digo que, hoy en día, hasta es apreciada como condimento. Sus hojitas dan sabor del bueno a ensaladas, rellenos, carnes y verduras varias. ¿Qué le parece si la usamos para saborizar el mate, paisano? Por qué no un tecito. Pues déjeme decirle que, si no hay boldo a la vista, ante una comilona de aquellas, la muña muña no lo dejará en banda: y he aquí el inventario de propiedades de las que se ufana esta buena moza. ¿Dolores de estómago, acidez, indigestión? Este yuyito aliviará todo malestar de un sopetón. Eso sí, tenga cuidado porque puede resultar algo laxante. Sí, sí. Le dará una manito caso su problema sea la constipación y hasta resultará una buena gaucha en asuntos de pasión. ¡A-fro-di-sí-a-ca! Así como lo oye. Una simple infusión dos veces al día, o una dosis de tintura madre, y verá como la impotencia se vuelve asunto ajeno. En el efecto vasodilatador estaría el secreto del éxito. Pero la historia no termina aquí: se ha descubierto que la muña muña también favorece la visión y curación de afecciones oculares; además de poseer efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Hasta se dice que podría aumentar la fertilidad en la mujer… En resumidas cuentas, este yuyo sí que lo dejará como nuevo.

Sin dudas que las culturas andinas no estaban equivocadas al incorporar la muña muña a su dieta. Claro que, tal vez, no hayan podido calcular el vasto horizonte de beneficios que este poderoso arbusto encerraba consigo. En más, es al día de hoy que sus aplicaciones no se han sido develadas en su totalidad. Tal vez, la muña muña nos siga sorprendiendo a partir de su bondadosa y nutrida composición: pulgona, Mentona, Mentol, Isometona, Ácido Pipérinico, 1-8cineol, Carvona, α–Pineno, α–Terpineol, β–Pineno, Canfeno y Cedrol son solo algunos de sus componentes químicos. ¡Mire si habrá para investigar! Y muña muña pa’ aprovechar. ¿Todavía no se atrevió? No espere más, paisano. Ríndase a las mieles de este yuyito cumplidor, y verá como se queda pasmado de estupor.

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