Pampa de mi esperanza

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Mansa y oronda, La Pampa es el centro mismo del país, y su territorio tiene la huella de una historia de mitos, asombros y conquista.

Corazón nacional, La Pampa fue reconocida políticamente como provincia recién en 1952, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, por la ley Nº 14.037. Ubicada en el centro geográfico del país, es una provincia de unión y pasaje. De clima templado y húmedo hacia el norte,  el resto de su territorio permite adivinar detalles patagónicos.

Llanura de jinetes

El término pampa proviene del idioma quechua y significallanura”, dado que esa es la principal característica del terreno. Se trata de una llanura entre montañas, sin bosques ni grandes alteraciones, en donde el horizonte se dibuja como una extensa línea recta. Conocida también como el desierto verde, era muy fácil que sus primeros aventureros de a caballo se perdieran en ese laberinto plano o cayeran en  las tramposas vizcacheras.

Ningún desierto

El territorio de la actual provincia, que abarca una superficie de 143.440 km2, estaba habitado por pueblos originarios, más precisamente por los tehuelches septentrionales o “aborígenes de la llanura”, más conocidos como querandíes y los de la cordillera de los Andes, los puelches. Luego de la derrota definitiva del indio que se produjo tras la Campaña del Desierto emprendida por el general Julio A. Roca en 1879, tres millones de hectáreas fueron entregadas a manos privadas por la llamada “Ley de remate” y se establecieron en la región importantes estancias. Por esa época, Tomás Mason fundó la ciudad de Santa Rosa, que luego sería declarada capital de la provincia.

Donde el diablo perdió…

Más adelante, a principios del siglo XX, tuvo lugar el auge de la colonización agrícola y la inmigración. Lenta y mansamente La Pampa fue aceptando en su paisaje los alambres, los cultivos extensivos y las vías férreas que la anudarían en abanico cerrado sobre el puerto de Buenos Aires.Sin embargo, La Pampa aun conserva algo de su carácter mitológico. Jorge Luis Borges, en su ensayo La Pampa y el suburbio son dioses, cita a Hilario Ascasubi para destacar el carácter simbólico que este territorio tuvo en nuestra historia: “lo que el gauchaje entiende por pampa es el territorio desierto que está del otro lado de las fronteras y que las tribus de indios recorren. Ya entonces, la palabra pampa era palabra de lejanía.

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