¡Un sapucay para estos músicos!

FOTOTECA

De distintos rincones de Argentina, la nueva generación del folklore supo conquistar los escenarios argentinos con su música.

Acercaron a las nuevas generaciones el folklore argentino y no se quedaron quietos; emprendieron una búsqueda de estilos, traspasaron barreras para fusionarse con otros sonidos y estéticas musicales. Artistas populares con todas las letras, con ustedes: Soledad Pastorutti, Abel Pintos y El Chango Spasiuk.

Mujer de poncho revolear

Todos la llaman “La Sole”. En el año 1996, siendo apenas una adolescente de 16 años, se subió al escenario del Festival Nacional del Folklore de Cosquín. Con “ahí anda Don Atahualpa por los caminos del mundo”, empieza el revoleo de poncho y la fiesta sin fin. De las cantoras populares más convocantes en Festivales y Encuentros Nacionales, marcó siempre records de audiencia; en 2004 durante el Festival de Jesús María, 28 mil personas fueron a escucharla, en plena crisis económica y social. En 2008, su recital en la Sociedad Rural de Buenos Aires convocó a 153.600 personas. La Sole contagió en el pueblo las voces de clásicos como Atahualpa, Mercedes Sosa, Horacio Guarany y los Carabajal. Su último trabajo discográfico Raíz, junto a la mexicana Lila Downs y la española Niña Pastori,  fusiona los estilos musicales del flamenco, folklore argentino y la ranchera.

El eterno niño enamorado

A los 13 años, León Gieco le dio su visto bueno a su primer disco Para cantar he nacido; desde ese momento, Abel Pintos recorrió el mundo con sus piernas largas y flacas, descosiendo los escenarios con su voz dulce, muy dulce, tan dulce que enamora. Ecléctico, no se encasilló en los estilos tradicionales del folklore, se animo a más. Empezó a componer sus propias canciones y se atrevió a combinar con el género pop. Es un cantante popular con todas las letras que le habla al corazón. En su última presentación en Buenos Aires, en mayo 2014, realizó 7 recitales en el Luna Park donde presentó las canciones del disco Abel.

Gringo de allá i te (de allá lejos)

Nieto de inmigrantes ucranianos, el Chango Spasiuk nos abre las cabezas con sus melodías y nos cuenta cómo son los paisajes del Litoral; su acordeón nos devuelve el canto del pájaro, el silencio de un monte, el andar de las cañadas. Un cielo de múltiples colores se abre paso ante las canciones del gringo que, desde la polka de sus antepasados, nos devuelve un poco de esa calma provinciana tan necesaria en estos tiempos. Coronó su recorrido musical con su debut en el Teatro Colón en junio del 2013.

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