Ushuaia, postales del fin del mundo

FOTOTECA

Al borde del continente, Ushuaia ofrece su naturaleza y la singular impronta que refleja de su historia. Radiografía de una ciudad mágica.

La “ciudad del fin del mundo” es nada menos que otro mundo por descubrir. Allí, casi cayéndose del continente, Ushuaia es un collage de montañas, bosques, lagos y nieve. Ese paisaje de coloridas casitas bajas que ostentan una distribución caprichosa. Ese aroma a risotto con centolla y a cordero recién asado. Ushuaia es el lugar que cobija la noche más larga cada 21 de junio y el sol más longevo todos los 21 de diciembre. Y como si poco fuera, Ushuaia es la única ciudad argentina ubicada al otro lado de la cordillera de Los Andes. Y allí vamos.

Los orígenes

Apenas 6 mil años atrás deberíamos viajar para toparnos con los Selk’man y Yamanas, habitantes de la provincia de Tierra del Fuego. Aquellos que empezarían a tomar contacto con el hombre europeo a partir del año 1580, producto de las sucesivas expediciones realizadas en el estrecho de Magallanes. Recién en 1871 llegaría el primer asentamiento definitivo. Se trató de la Misión Anglicana, a cargo del reverendo Thomas Bridges. ¿El punto de partida hacia la “civilización”? Tal vez, un “atajo” hacia la extinción: el impacto de la colonización produjo una rápida reducción de estas etnias. Tanto así, que el siglo XX tan sólo registró unos centenares de sobrevivientes. Cifra que fue reduciendo su número hasta el año 1974, cuando fallece Ángela Loij: una de las últimas Selk’man que aún conservaba su lengua de origen.

Ciudad oficial

La “ambigua” localización geográfica de la ciudad obligó a Argentina a tomar cartas en el asunto y asegurar la soberanía sobre la región. Así, el 12 de octubre de 1884 se crea una subprefectura sobre la costa del canal de Beagle; al tiempo que -por primera vez- se levanta  la bandera Argentina en la bahía. Este hecho marca el nacimiento de Ushuaia, decretada capital provincial un año más tarde. Pero las exploraciones no acabarían aún: esta vez, atraídas por las historias que aseguraban la existencia de oro en la región. Los recién llegados fueron construyendo caseríos a lo largo de la costa. . ¡Ni pensar en una plaza como epicentro urbano!…mucho menos en una traza de cuadrícula. El “norte” de la brújula era el mar…y hacia allí se dispusieron las viviendas que aún hoy conservan su fisonomía de antaño: inconfundibles fachadas de chapa ondulada, vestidas de color verde, celeste o azul. Casi como para mimetizarse con el paisaje de la ciudad, esa que aguardaba por un hito mayor.

Un antes y después

Definitivamente, el gran desarrollo de Ushuaia estuvo dado por la instalación de una colonia penal, durante la presidencia de Julio Argentino Roca. Es que fuera de la cárcel, los presidiarios fueron utilizados para construir puentes, calles y edificios. Así fue como en 1909 se construye un ferrocarril capaz de facilitar dicha tarea: el “tren de los presos”, aquel que transportaba roca, arena, leña y a los propios convictos. Con rieles de madera, el transporte conectaba el presidio con el bosque en un trayecto de 25km. Finalmente, el cierre del penal ocurrido en 1947 frenaría su marcha. Llegado el año 1994, el tren volvería al ruedo; aunque, esta vez, sin criminales a la vista: tan sólo pasajeros dispuestos a viajar en el tiempo y deleitarse con la belleza natural del Parque Nacional Tierra del Fuego. Así, el hoy llamado Tren del Fin del Mundo es un tren turístico que realiza los últimos 8km del recorrido original.

Aquí y ahora

Ya en el siglo XX, la historia no termina: gracias a la ley de Promoción Industrial la población se duplicó durante los ´70. Habitantes de otras provincias arribaron a Ushuaia en busca de empleo, convirtiendo a la ciudad en un polo industrial, portuario y turístico. Sí, además del Pparque Nacional y su mítico tren, el antiguo presidio se ha convertido en uno de los museos más visitados del país. En la zona del Cerro Castor y el Glaciar Martial los deportes de nieve están a la orden del día. Como broche de oro, los visitantes tienen la irresistible posibilidad de navegar las aguas del canal de Beagle: en ellas los aguardan el mítico faro, la Isla Martillo, la Isla de lobos y la Isla de los pájaros.

Pura belleza para mirar y admirar… Tal como lo indica Ushuaia en su nombre. Ese que, en lengua yamaná, significa “bahía que mira el poniente”. Ese horizonte tras el cual el mundo pareciera desaparecer y acabar.

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