Alicia Moreau de Justo y su impulso feminista

FOTOTECA

Una extraordinaria mujer que supo llevar a la práctica sus fuertes ideologías.

Llegada a Argentina en 1890, Alicia Moreau de Justo, puede considerarse una extranjera que hizo patria. Llena de ideología, pero también de acción, supo gestar una imagen de mujer emprendedora.

Las bases de su doctrina

Dentro de un núcleo solidario e inquieto, nace Alicia Moreau para hacer alarde más tarde, con su propia vida, de los que sus padres supieron enseñarle. Su familia había sido expulsada de Francia por su vinculación con la Comuna de París y ya en Argentina se afilian al Partido Socialista, partido del cual sus padres tomaran los preceptos para instruir a Alicia y a sus dos hermanos.
Decidida a trabajar, ingresó a formarse como maestra, una de las pocas y más habituales profesiones para aquellas mujeres que no se conformaban con vivir a la sombra de un hombre que las financiara.
Así, vinculada con la educación y con ese espíritu altivo que desde pequeña había manifestado, impulsó cambios y promovió innovaciones. Ya por 1902 comenzaba a gestarse la idea de la necesidad del sufragio femenino y fue una mano activa para la fundación de bibliotecas populares.

Una boca peligrosa

Cuando con 21 años promulga una ponencia de su autoría en un congreso bajo el nombre de “Educación y Revolución”, ya gran parte del pueblo sabía que la boca de Alicia Moreau era de cuidado. Se inmiscuyó en escenas de la vida privada que hasta el momento no se le habían permitido difundir a las mujeres; temas de higiene o prevención sanitaria fueron algunas de sus inquietudes y su principal inquietud tuvo que ver con que la mujer conquistara el derecho de elegir a sus representantes. Por esa causa peleó con fervor sin alcanzar la meta que tendría que esperar la conformación del peronismo para volverse realidad.

Principales aportes

Alicia se recibió de médica con honores y con su mirada puesta en las mujeres se especializara en ginecología. En la educación popularizaría el método María Montesori vinculado con un aprendizaje más libre y sin ataduras, tal como el que ella quiso obtener.
Aliada al partido socialista, del cual su marido, Juan Bautista Justo era el líder, defendió leyes laborales muchas de las cuales se centraron en beneficios y reconocimientos a la mujer, tales como la licencia por maternidad. En ferviente rechazo al partido justicialista, fue la única mujer que ante el derrocamiento de Perón integró la junta con la que se sentarán las bases del país. Su activismo no tuvo fin ni límites. Acompañó a las abuelas de Plaza de Mayo y con reconocimientos y galardones, dejó el mundo con 101 años.

Quien quisiera sentir aunque de lejos lo que verdaderamente es un compromiso público no tiene más que transitar un rato por la vida de Alicia Moreau de Justo. Vida de arrojo, inteligencia y sagacidad.

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