Bodegas en Buenos Aires: sabrosos encuentros en la Pulpería Quilapán

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La Pulpería se construyó con el esfuerzo aunado de arqueólogos, emprendedores culinarios y amantes de la cultura local.

Las bodegas en Buenos Aires son los espacios elegidos para saborear las mejores comidas criollas y la Pulpería es una novedosa propuesta gestada por un francés cautivado por las tierras argentinas. En el corazón del barrio de San Telmo, la vieja casona colonial recuperada por Gregóire Fabre es un espacio histórico y cultural donde convergen los aires del campo y de la ciudad.

Por Ana Kerman

En su afán por brindar los mejores productos, Fabre recorrió diversas provincias para dar con los verdaderos artesanos que día a día elaboran licores regionales, quesos, cervezas y charcutería de primera calidad. El secreto de esta genial iniciativa es valorizar el aspecto ecológico de los productos que, fabricados en armonía con el medioambiente, son los protagonistas de la movida pulpera.

¿Estás listo para redescubrir la gastronomía y el acervo cultural de la Argentina? Las bodegas en Buenos Aires juegan con tus sentidos y en el caso de la Pulpería Quilapán las sensaciones se potencian al máximo. Imaginá un patio rústico con mesas de madera, ladrillos a la vista y guirnaldas de luces. Cae el sol, corre la brisa y en tu boca se deshace una porción de queso. Las empanadas regionales y los platos recién salidos del horno de barro impregnan tu olfato. Vecinos, turistas y visitantes se congregan en un espacio relajado que propicia el encuentro entre cantos folclóricos, piezas de música clásica y jazz en vivo.

El club social alberga un almacén con centenares de productos descriptos con máximo detalle. Las añejas instalaciones te invitan a deleitarte con una pequeña chacra y un jardín. A cada paso, cruje el piso bajo tus pies. Por dentro, cada ambiente exhibe recortes de periódicos de todas las épocas, fotografías y objetos antiguos. Aquí prevalece el valor de la amistad y se huele el paso del tiempo.

Los domingos, no podés perderte el brunch servido en el patio principal junto al antiguo aljibe. Es un festín de colores y texturas. El resto de los días, no vas a poder resistirte a un típico asado, el rey de las comidas criollas, ni a una simpática visita guiada en donde te vas a enterar de cómo se aprovechan al máximo los recursos naturales en plena ciudad.

Sí, hay cientos de bodegas en Buenos Aires, pero la Pulpería se construyó con el esfuerzo aunado de arqueólogos, emprendedores culinarios y amantes de la cultura local. Con una fuerte impronta ecológica, éste es el punto de encuentro entre el campo y la ciudad. Un gran espacio que condensa la pasión de las tierras pampeanas y revitaliza el pasado a cada instante de tu presente.

 

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