El cine que las parió

FOTOTECA

Las mujeres argentinas siempre supieron estar al frente de la dirección cinematográfica con una mirada muy específica.

El llamado Nuevo Cine Argentino incluye a las películas producidas y dirigidas en la década del ’90 hasta la actualidad. En ese tiempo comienza a amasarse los primeros trabajos de las hoy reconocidas cineastas Lucrecia Martel, Albertina Carri y Lucía Puenzo. Si hablamos de cine argentino pensado y realizado por mujeres no podemos dejar de hablar de ellas, sus trabajos aporten una mirada crítica sobre la realidad nacional, el pensamiento único y lo “normal” como parámetro para medir lo social.

De la banalidad noventosa a la crisis del 20/12

Estas mujeres representan un pensar y sentir de una época marcada por la crisis política, económica y cultural en toda la Argentina. Años de fiesta neo liberal y la posterior crisis del modelo que dejó una fractura social de desocupación, desnutrición y crisis institucional. El cine argentino y femenino propone nuevas formar de entender lo social y lo humano: cuestionan la estructura patriarcal y la autoridad de la anterior patria potestad. Estas mujeres post ley de divorcio, intentan siempre resinificar el lugar de hijas, esposas y madres en esa búsqueda íntima de sus producciones fílmicas.

 La primer cineasta argentina

Cómo olvidar la historia de amor prohibido entre Camila O`Gorman y el sacerdote Ladislao Gutierrez en la película Camila, película histórica situada a mitad del siglo XIX durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Fue dirigido por María Luisa Bemberg: reconocida feminista, en tiempos difíciles para proclamarse como tal, dirigió películas con una mirada diferente sobre la mujer y la luchas emancipadoras de aquellas que torcieron su futuro, predestinado por otros, en busca de su felicidad.

 Cuestionar lo correcto

Frente a los modelos hegemónicos de representación, en los cuales, por ejemplo, se identifica a lo femenino con la pasividad y la afectividad y a lo masculino con la actividad y la razón,  estas cineastas desafían lo preestablecido para construir un discurso visual que no tenga miedo a lo que incomoda o se tiene como prohibido. Abren caminos para ir más allá en sus propuestas de narración cinematográfica, proclamando una sociedad más libre, poniendo un signo de interrogación a lo moral y lo ético. Se animan a plantear los vínculos sociales y familiares; en La Ciénaga de Lucrecia Martel muestra lo perverso de la dinámicas familiares y la sexualidad incestuosa como formas de luchar contra el autoengaño y la angustia. Torcidos vericuetos de la memoria y la historia de vida se despliegan Los Rubios, documental autobiográfico de Albertina Carri que mezcla ficción y autobiografía. La intersexualidad y la mirada constante del otro como lo propone Lucía Puenzo en la polémica XXY y la homosexualidad, el HIV y las prácticas sexuales “no convencionales” según la mirada de Anahí Berneri en Un año sin amor.

Mujeres valientes y talentosas, que lejos de los estereotipos y con la lente enfocando el desafió artístico y permanente de repensarlo todo, cuestionarlo todo y decirlo todo. Porque lo saben y nos lo hacen saber: el arte sí tiene género.

Abrir chat
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?