El Kavanagh, o una venganza constructiva

FOTOTECA

Solemos pensar en la venganza como algo destructivo, pero el caso del edificio Kavanagh resultó ser todo lo contrario.

Esta torre Art Decó de 120 metros de altura, 31 pisos y 105 departamentos nació a modo de revancha.

Cuenta la leyenda que la hija de Corina Kavanagh quería casarse con un joven de la familia Anchorena, pero sus planes se vieron frustrados ya que la madre del novio, Mercedes Castellanos de Anchorena, se opuso a que su hijo se uniese en matrimonio con alguien que no perteneciera a una familia patricia.

Corina, despechada por el rechazo de Mercedes hacia su hija, decidió mandar a construir un edificio altísimo con el único objetivo de obstruir la vista de la Basílica del Santísimo Sacramento, iglesia que los Anchorena habían edificado para utilizarla como sepulcro familiar. Así nació el edificio Kavanagh, fundado a comienzos de enero de 1936 con vista a la bellísima Plaza San Martín. Además de convertirse inmediatamente en un éxito arquitectónico, fue galardonado en 1939 por el American Institute of Architects. Incluso hoy, transcurridos 77 años desde su inauguración, para poder apreciar la Basílica del Santísimo Sacramento es necesario pararse en el pasaje Corina Kavanagh.

Pero hoy, ese origen destructivo es apenas una anécdota pintoresca. Lo que perdura y fascina al observador es su magnífica construcción.
A fines del año 2013, se realizó una encuesta para elegir al edificio más lindo de la Ciudad de Buenos Aires y el primer puesto fue para el Kavanagh.

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