El polifacético Museo Rocsen

FOTOTECA

Con una mirada universalista conjuga coleccionismo con una función social de conformación de identidad.

Con el objetivo de que el hombre halle todo sobre el hombre dentro de su museo, Juan Santiago Bouchon erigió hacia 1969 el Museo Rocsen que es hoy un hallazgo de porciones de la historia que no deja de crecer y sorprender.

En búsqueda del sincretismo universal

Ubicado en la localidad de Nono, provincia de Córdoba, se iniciaba hace 45 años este Museo con apenas 100m2 de espacio pero con todo el proyecto de crecer y desbordar. Hoy la superficie dispuesta alcanza los 1530m2 y no detiene su patrimonio que puede verse incrementado en cualquier momento con algún nuevo hallazgo. Nació como respuesta al sueño del antropólogo francés, Juan Santiago Bouchon, quien arribado a Argentina en 1950 no esperó demasiado para concretizar eso que había estado imaginando desde pequeño. El museo no busca un único propósito de conservación sino que es, más bien, un gesto de resistencia. Cuando todo se recicla y descarta, apelar a la permanencia puede convertirse en un gesto de búsqueda de identidad. Y le dio un carácter particular al hacerlo polifacético puesto que su búsqueda se orientaba a que todos pudieran sentirse atraídos por la admiración de la antigüedad aunque se careciera de saberes científicos.

Piedritas en el bolsillo

“Todo es interesante, todo es bello, hay un milagro en cada centímetro cúbico del Universo, es cuestión de abrir los ojos para saber ver”, así habla el propio Juan Bouchon de la perspectiva que impulsó su proyecto que inició a muy temprana edad cuando rompía los bolsillos de sus pantalones por todo lo que recolectaba en sus caminatas investigativas. El hallazgo que fue determinante o tal vez una premonición, se produjo a sus ocho años cuando escarbando en el anfiteatro Cimiez de Niza hizo su aparición un soldadito romano de barro cocido que databa de 2000 años de antigüedad. A ese primer encuentro con su destino se sumaron unos fósiles que ese mismo año encontró en una playa de Normandía y fue entonces cuando su afán coleccionista encontró su fundamento.

Por qué Roscen

El nombre Rocsen es el compuesto de dos palabras de origen latino, “Rocca” y “Sacer” que se traducen como “Roca Santa”. La fusión de ambos términos se produjo en el contexto de la lengua celta de Bretaña y fue usada la palabra resultante como nombre de una propiedad que la familia de Bouchon había heredado desde el siglo XII pero que habían perdido durante la Segunda Guerra Mundial. Ese nombre también da cuenta de la cosmovisión con la que el museo fue creado ya que, en su fachada exterior pueden apreciarse 49 personalidades influyentes en la evolución del pensamiento. La premisa de elección era clara: dejar afuera a quienes no hayan contribuido desde el pacifismo y el humanismo. Expresa el ideólogo del museo que el número impar de las estatuas tiene su funcionalidad con la ubicación en el centro de la imagen de Cristo que es el que protege la entrada e invita al conocimiento.

Con un catálogo tan diverso y extenso que lo vuelve muy difícil de clasificar, le recomiendo, estimado parroquiano, visitarlo apenas pueda. Es la mejor manera de comprender su inmensidad.

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