La búsqueda de un cielo propio

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El nacimiento de la aeronáutica en Argentina vino de la mano de la Aeroposta.

En el origen de la actual Aerolíneas Argentinas se encuentra Aeroposta Argentina S.A. Compañía pionera del negocio postal, funcionó como filial de la “Compagnie Générale Aéropostale” francesa, desde su creación el 5 de septiembre de 1927.

El afán de expansión

El tiempo de ampliar las líneas aéreas francesas con fines aeropostales llegó de la mano de las guerras aliadas expansionistas y de los avances tecnológicos del siglo XX. La Primera Guerra Mundial sería el momento exacto, Buenos Aires la sede central y Sud América el destino. Fue Pierre G. Letécoére, fundador de líneas aeronáuticas en Francia quien eligió al piloto Joseph Roig para la misión de establecer el vínculo en 1924 con el departamento de Aeronáutica Civil del Ministerio de Guerra.

El aval presidencial

Con el visto bueno del presidente Marcelo T. de Alvear, la empresa europea encamina una misión civil aeronáutica en Argentina. Comienza así poco a poco a intensificarse el tráfico aéreo pero una sorpresiva modificación de la “Reglamentación de Aeronavegación sobre el Territorio Argentino” del 1926, limitará el sobrevuelo de naves extranjeras. Como salvataje a la reciente restricción aérea, y por propuesta de Vicente Almandos Almonacid, se crea esta sociedad que vendría a llamarse Aeroposta Argentina.

La suma de rutas aéreas y la base para el recuerdo

Los primeros vuelos de correo fueron realizados el primer día del año de 1929 pero sin contar con autorización para su realización. Aun así, se logra el sobrevuelo del océano Atlántico. Con posterioridad serán sumadas las rutas sobre las montañas Andinas y vuelos locales como los de Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia. La particularidad del primer vuelo a este destino radica en que fue piloteado por Antoine de Saint Exupéry, personaje que ha trascendido más allá de su dominio aeronáutico, por su clásico e inolvidable libro, El principito. Este vuelo se realizó el 20 de octubre de 1929 y las escalas fueron en San Antonio Oeste, cuyo Aeródromo lleva hoy el nombre de Saint Exupéry y Trelew. Durante 15 meses el escritor francés estuvo en Argentina, explorando y escribiendo las impresiones que sus recorridos le dejaban. Lo que recopiló puede buscarse en su libro Tierra de hombres.

Una crisis económica provocaría que en 1930 Aeroposta Argentina se desvinculase de sus patrocinadores franceses pudiendo adquirir, a pesar de algunos conflictos nacionales, una identidad local que se iría incrementando con la adquisición de nuevas unidades y ampliación cada vez más de los recorridos. La historia de nuestros cielos y su exploración no serían igual nunca más sin la valentía y la audacia de los aviadores que los surcaron por vez primera.

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