Bien podríamos afirmar que San Martín y Belgrano han sido los Messi y Maradona de la historia argentina. Sin embargo, de ninguno de estos cuatro cracks va el asunto hoy, no, no. En esta oportunidad elegimos presentarle a aquellos argentinos que, aún sin gozar del título de próceres, si es que a las glorias del tan amado fútbol les cabe tal consideración, merecen un lugarcito en la memoria de todo ser nacional. Eso sí, tampoco queremos ser más papistas que el Papa (recordemos que, por cierto, Francisco también es argentino). Cada uno de los personajes aquí presentes tienen su fama bien ganada. Algunos más, otros menos. Aunque si de algo no hay dudas, es que todos ellos portan argentinidad de la buena en sus apellidos. No deje de echarle a una ojeada a este top ten celeste y blanco.
- Ernesto “Che” Guevara: No habrá cruzado los Andes a caballo, pero sí que se hizo la América en motocicleta. Argentino de nacimiento, cubano por elección, latinoamericano de corazón. Su aguerrida lucha anti-imperialista es una llama aún encendida en la memoria de quienes alzan la bandera de tan vehemente ideología.
- Lola Mora: Otra que ha encarnado su propia lucha, la de impregnar el arte escultórico de aroma femenino. Menuda tarea que la llevó a convertirse en la primera escultora argentina, nada menos. Adorada y desquerida, acariciando glorias y merodeando desdichas, así ha andado por la vida Dolores Mora de Herrera. Firme y sólida mujer, como la piedra en la que supo calar su transcurrir.
- Jorge Luis Borges: ¿A pico y pala? No, lo suyo fue a pluma y palabra. Así aportó a la construcción de una identidad nacional. Pues, en materia de literatura, Borges ha sido Gardel (¡lástima que el origen francés de Carlitos no permita incluirlo en esta selección!). Primereando a la ficción en materia de narraciones, “el maestro” Jorge Luis y su cautivante prosa se han convertido en palabras mayores.
- Luis Alberto Spinetta: Su poesía a la hora de la composición musical bien podrían situarlo en la vereda de la literatura; pero lo del “flaco” fue la música. Y qué música…Alzando la bandera del rock nacional, ese que lo encuentra en las filas de sus pioneros, Spinetta ha sido en su género uno de los artistas más influyentes en Latinoamérica. No me diga nada, ¿está pensando en uno de sus compañeros de ruta? Sí, sí, también aquí lo citaremos.
- Charly García: Genial criatura del rock nacional, intérprete, productor, músico con todas las letras. Say no more. Tan polémico como singular, en su obra y en su vida, Charly es de esos artistas inoxidables, que cargan con el mito a cuestas de sus espaldas sin peso alguno.
- Astor Piazzolla: Y si seguimos por la senda de la polémica…Aunque bien cabe decir que, más que polémico, Piazzolla fue revolucionario. Con su bandoneón a cuestas, fue capaz de mixturar el tango con la música clásica y el jazz. Ah, y lo más importante: a pesar de las críticas, siguió pa’ el frente, firme en sus convicciones y en su visionario saber musical.
- Alberto Olmedo: Otro que se la sabía lunga, aunque en la complicada materia de hacer reír. ¡No cualquiera eh! Y mucho menos, del modo en que lo ha hecho el inolvidable Olmedo. De la mano de su Capitán Piluso y el genial Manosanta, entre otras tantas creaciones, “el negro” hizo un culto del humor simple y cotidiano, lanzado y pizpireto. Vaya si se lo extraña…
- René Favaloro: Dicen que la risa hace bien al corazón; por ello las penas dañaron el de quien supo ser su máximo custodio: René Favaloro. La grandeza humana hecha persona, la genialidad hecha verdad en una sala de operaciones. Padre del bypass vascular, acabó con su vida de un disparo al corazón. Ironía de una vida entera dedicada a la medicina, y puesta en jaque por los tan poco condescendientes apremios financieros.
- Esteban Laureano Maradona: El otro crack, el que tuvo la pelota atada fuera del verde césped, en el partido de la vida. Filántropo de raza, Esteban Laureano Maradona sí que rindió digno homenaje a la vida: porque el dolor no tiene fronteras, la labor de este médico de pobres y aborígenes nunca entendió de límites territoriales ni pretensiones; sino de necesidades ajenas. Esas que, en sus casi 100 años de vida, jamás dejó de desoír.
- Pedro Opeka: Candidato a Nobel de la Paz, este misionero nacido en Argentina pasó la mitad de su vida en Madagascar; allí donde transformó un basural en una ciudad. Porque la fe mueve montañas, aún las de residuos. El Santo de Madagascar, el Apóstol de la basura o, simplemente, Pedro, lo hizo posible.
¿Está pensando que falta tal o cual…? Sí, está en lo cierto. Afortunadamente, la selección de 10 nos queda chica. Pero creemos que, al menos, este muestrario de lujo bien vale la pena. ¿Para qué? Para que la argentinidad empiece a ser más materia de orgullo que de cualquier otro sentimiento. Y para que el famoso “yo…argentino”, se convierta en un “yo, argentino”. Sí, cambiando el lavado de manos por un fuerte y convincente apretón. Gusto en conocerlos…