Mendoza, tierra de vino y abundancia

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¿Visitó las coloridas y encantadoras tierras mendocinas? ¿Probó su vino, parroquiano? Mendoza cautiva la mirada y el paladar.

Provincia situada al límite de la cordillera, Mendoza brinda un espacio de impactante percepción visual al tiempo que ofrece una excelente gastronomía.

Su Ciudad

Mendoza forma parte del grupo de provincias denominadas geográficamente “del Cuyo” junto con San Luis y San Juan. Su ciudad es moderna, en clara oposición a sus más recónditos lugares donde la tradición subsiste a flor de piel. Desde las calles de Mendoza se puede disfrutar de un estilo arquitectónico con influencia europea pero cualquier recorrido que se haga, no será un paseo simple. Esquina a esquina se asoman esos picos nevados que cautivan e invitan a recorrer más allá.

Hacia los cerros y la Vendimia

La fiesta de la Vendimia es una de las celebraciones más destacadas que en Mendoza tienen lugar y se desarrolla en el Teatro Griego Frank Romero que está situado al aire libre, al pie del Cerro de la Gloria. Además de elegir a la reina de ese fruto que es la uva, fuente de la más intensa labor mendocina, se disfruta durante esta fiesta de un entono festivo, divertido y de lo más agradable de ver. Al noroeste de la provincia se encuentra el Puente del Inca. Es una imponente creación de la naturaleza generada por el golpe de las aguas contra las piedras. Esta corrosión dio lugar a un puente sorprendente situado sobre el río Las Cuevas. Históricamente ha sido utilizado como hotel para los baños termales y hoy es una maravilla imposible de creer.

La ruta del vino

Son las bodegas un fuerte atractivo de esta provincia donde nace, crece y se desarrolla esta atrayente bebida que es el vino y que no sólo alcanza estándares internacionales sino que es, en gran parte, pauta de medición para otras grandes fincas productoras. Es tal la producción y el éxito vitivinícola en Mendoza que existen recorridos organizados que permiten ir visitándolas para conocer sus sabores y peculiaridades.

El que piense en ir a Mendoza debe llevar poca ropa, gran espíritu y unas ganas inmensas de dejarse maravillar. La ruta del vino entretiene, abriga y hasta también enseña que cuanto más viejo, mejor.

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