¡Noches de Folclore en La Pulpería!

FOTOTECA

¡Si estas paredes hablaran, se armaría tremenda peña! En homenaje a las tradiciones argentinas, a su música y danza, las Noches de Folklore.

Desde los inicios del proyecto de la pulpería Quilapán -ahora una hermosa realidad- la música folclórica ha estado presente. Ya sea a través de una chacarera o de una guitarreada amiga, todos los días (sin excepción) alguna reminiscencia de las raíces hay. ¡Si estas paredes hablaran, se armaría tremenda peña! En homenaje a las tradiciones argentinas, a su música y danza, los jueves en la pulpería Quilapán es Folclore. Todo comienza a las 19:30hs con las clases de folclore que imparte Esteban Del Monte. Nada importa si hace calor o frío, aquí se baila sin parar. ¿Qué bailamos? Depende. Aunque la chacarera es la más popular.

Un pasito simple y zarandeo

La Chacarera es una danza alegre, ágil y galante. Se le dice baile suelto, ya que los danzantes son independientes el uno del otro. Ambos simulan coquetear. Él se acerca a ella con evidente intención de conquistarla, y luego la persigue. Finalmente, lo logra.

Para algunos autores, la Chacarera se creó en honor a las hijas de los extranjeros; para otros, viene desde los tiempos de la colonia y lo único modificado fue su nombre. Su apelativo viene del vocablo Chacarero, referido a la persona que trabaja en un chacra o granja… Aquí comienza todo, en el campo. De todas formas, con el pasar de los años, este baile se ha ido adentrando en la ciudad. Sin embargo, a principios de siglo XX, la Chacarera no pudo competir con el Tango, por lo que encuentra su espacio en el Gran Chaco, Chuquisaca y el Sur de Santa Cruz. Es la danza favorita de todos los pulperos.

“Las hay simples, dobles, truncas y motas. Las delicias de los bailarines de patio de tierra, que en Santiago del Estero forma parte de una cultura viva. Cada domingo o fiesta se alienta ese fuego con guitarras, bombo, y porqué no bandoneón o violín. La bailan hasta los niños, y sin ser profesionales, que la idea es de la fiesta”, cuenta Esteban Del Monte.

“La chacarera lleva un estructura coreografía y un paso básico, que se va marcado junto con el bombo al ritmo del 6/8. Actualmente, en las ciudades se está bailando mucho folclore como un baile más vivo, y no solo de salón o museo. La chacarera está viva y la vivimos a diario”, sigue Del Monte.

Pero hay días en que la Pulpería quiere más. Un poco de Zamba, un toque de Gato. Y es que a la Zamba se la puede llamar madre de todas las danzas nativas. Su coreografía es sencilla, pero en su expresión demuestra todo el cariño por los bailes regionales. Es amorosa por excelencia y el pañuelo es su objeto predilecto. Simboliza, sin duda, el afecto sincero nacido entre los acordes de música suave y delicada. “En las palabras blancas de los pañuelos se esconde la esperanza del criollo que te baile”, decía Atahualpa Yupanqui. La zamba no se zapatea, es lenta, aunque picaresca. Esta se difunde en el centro y noreste argentino, pero baja a lo largo de las costas de Pacífico, donde se la conoce también como Zambacueca.

Con respecto al Gato, se bailó en varios países de América -Perú, Chile, Uruguay y Paraguay, entre otros- pero fue en Argentina donde se arraigó con mayor fuerza, logrando una extraordinaria difusión. Creo que no existirá un gaucho que no sepa por lo menos rascar un gato”, dijo Ventura R. Lynch en un folleto acerca de la provincia de Buenos Aires publicado en 1883. Y es que esta movida danza se practicó en todas las provincias de la Argentina desde 1820 en adelante y perduró hasta nuestros tiempos. Cabe destacar que en este baile se palmotea bastante, lo que deriva directamente del uso de las castañuelas en las danzas españolas.

“En el curso de folclore tratamos de entrar en el ritmo de estos baile, pero como así también lo mas importante de este baile es el compartir. Es de donde surge de compartir y así se mantiene viva. Este mes vamos a bailar chacarera, ella será la protagonista, y este jueves 21 de mayo especialmente vamos a degustar chacareras de todos los estilos y variedades”, comenta el profesor.

¿Y después de las clases?

La magia ya está instaurada y a practicar se ha dicho. Entre esa copa de vino artesanal y esa picada abundante se entablan conversaciones, se arman amistades y se pasa lindo. De repente, como si nada, a Esteban del Monte se lo puede ver haciendo lo suyo con las boleadoras. ¡Un espectáculo sensacional! Es difícil contarte lo que se vive en la Pulpería, por eso preparamos un video que quizás logra rescatar parte de la magia que se vive cada semana. ¿Sabías que las actividades son libre? Te esperamos, parroquiano.

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