Santiago del Estero, tierra embrujada

FOTOTECA

Tierra de días ardientes y noches de salamanca y embrujo, no tiene riendas pero te amarra.

Tierra diabólica y puerta de entrada a la región del noroeste argentino, la provincia de Santiago del Estero limita por el noroeste con Salta y Chaco, al sudeste con Santa Fe, al sur con Córdoba y al oeste con Catamarca y Tucumán. Su capital, la ciudad de Santiago del Estero, es la ciudad más antigua fundada por los españoles que aún existe en el territorio argentino.

Paisaje

Con una gran salina en el sur y zonas más fértiles allí donde pasa el río Dulce, casi todo el territorio de la provincia está incluido en la región denominada Gran Chaco, constituida por bosques combinados con sabanas. El Algarrobo y el Quebracho dominan un paisaje que se caracteriza por tener gran sequedad del medio ambiente, días de temperaturas altas y noches frescas en donde siempre está presente la amenaza de sequía.

Madre musical

No por nada se suele llamar a esta provincia “madre de ciudades”. Su nombre se debe al apóstol Santiago -patrono de la ciudad capital- y a los bañados -esteros- que se encuentran a lo largo y ancho de la extensa zona rural. Considerada popularmente como la cuna del folklore, Santiago del Estero es además la Capital Nacional de la Chacarera. Siempre presente en las típicas guitarreadas sobre patios de tierra, en bailes y festivales, sus textos festivos y su ritmo diabólico, mezcla de compases binarios y ternarios, la vuelven única y adictiva.

Mitología Santiagueña

Al momento de la llegada de los españoles al Tucumán, Santiago del Estero estaba poblada por numerosas tribus de aborígenes. Designados genéricamente como “Juríes”, los dos grupos más importantes eran los lules y los tonocotés. La mitología santiagueña es una mezcla de las supersticiones medievales españolas y de los mitos aborígenes, y se funda en relatos tradicionalmente orales. Algunas de sus dioses son: El Toro Supay (el Toro Diablo), el Sacháyoj (protector del monte y su fauna), el Ckaparilo (protector de la selva y las colmenas), el Tanicu (deidad de la carestía), la Umita (deidad del monte, nocturna), la Mayu Maman (sirena de nuestros ríos), la Sachap Maman (madre del monte) y el Nina Quiru (diente de fuego). Pero quizás su leyenda más conocida sea La Salamanca. Lugar diabólico, donde el “Supay” enseña sus artes, donde las brujas efectúan sus reuniones y donde acude todo aquel que quiera aprender toda suerte de maña, destreza o habilidad a cambio de su alma.

Sin duda alguna, Santiago del Estero es la parte del territorio nacional en donde el Diablo más muestra su cola. Y tal vez, ese sea el secreto de su encanto.

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