Creemos en la importancia de conocer lo que se consume. Así, a través del sitio web, el usuario puede acceder a productos exclusivos desde cualquier parte de nuestro país y adentrarse en su proceso de elaboración, intercambiando conocimientos, opiniones y dialogando con el productor. Empleamos la tecnología como un puente para que el consumidor urbano acceda cómodamente a productos 100% argentinos. Además, ofrecemos al productor y a las organizaciones una auténtica vitrina para exponer sus mercaderías, presentar sus proyectos y conocer a los clientes, adentrándose en sus preocupaciones e intereses. A partir de sus características edilicias sencillas pero funcionales -patios con sombra, huerta orgánica, chacra urbana y jardín floreado- se recrea un ambiente campesino agradable, relajado y altamente propicio para que los parroquianos se acerquen a (re)descubrir la historia argentina, y el encanto de su pulpería y tradiciones. Lo que nos gusta, lo que nos distrae, en lo que creemos: el respeto y el intercambio. Los argentinos todavía saben tomarse su tiempo. Saben reunirse, encontrarse. Todavía se reunen alrededor de un mate amargo, de una picada criolla, de un buen vaso Malbec. También sienten mucho apego por sus tradiciones. El Fernet se toma así, el mate asá, y el ceremonial del asado es casi una institución social. Sin embargo, nosotros tenemos la impresión de que la calidad de los rituals no es más lo que fue y podría ser. Que la ciudad ha abandonado lo mejor del campo. Que la estandarización y la exportación masiva de la producción argentina han aislado al pequeño productor (de buenos productos) del consumidor porteño. Encontrar un buen salame criollo a un precio honesto en Buenos Aires es hoy, casi una misión imposible. Llevale un pequeño queso del campo argentino a un porteño y él jurara que lo trajiste de Francia! Nuestra idea es simple: aportar al argentino lo mejor que produce Argentina La gastronomía permite reunirse e intercambiar, charlando también de temas serios, alrededor de un pequeño pedazo de queso, un buen pan y una copa de vino. Seleccionando lo mejor de los pequeños productores y permitiendo que la gente se reconcilie con su patrimonio. Nuestro sueño es reunir a los parroquianos en la pulpería. La historia argentina no tiene 200 años, es rica, muy rica, y no se va a devaluar jamás, aunque corre el riesgo de perderse y desaparecer para siempre. Vendemos productos locales de calidad y gestionamos una empresa social y ecológicamente responsable. Estimular la sensibilidad del público local sobre todo lo relacionado con nuestra querida Argentina, eso es nuestro desafió pulpero. Dicen que “Lo de afuera es mejor”, pero pensamos que “lo de adentro es excelente.” Tatiana y Grégoire.