Lugar histórico con acento francés por Gay Tips

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El mejor lugar Gay friendly para salir entre amigos.
Quilapán se presenta como bar, almacén y club social, pero quizás es más que eso. Es el resultado de un apasionado francés que, fascinado con la noción de “pulpería” se propuso fusionar la mística del barrio con el sentido de las costumbres gastronómicas campestres en el corazón de una historia porteña. Grégoire Fabré (30 años, oriundo de Carcassonne, en el sur de Francia) es restaurador y arquitecto, y cuenta que al conocer el lugar, una gran casona histórica de estilo colonial en Defensa 1344, se enamoró del sitio y junto con su novia (parte del proyecto) lo reacondicionaron completamente. En su narrativa aparecen las visitas a lo largo del tiempo de Borges, Quino, y el sentido que artistas como Kuitka le dieron al espacio como refugio de arte, e inclusive que una vez llegó una factura de teléfono a nombre de Víctor Laplace, por lo que dedujo que ese era también un lugar donde se ensayaba teatro. Atravesando la entrada del lugar, uno se encuentra con un cálido salón dispuesto para sumergirse entre miles de recuerdos que componen un escenario único (una heladera General Electric de 1922, ladrillos coloniales de 1720, una mina de un submarino de 1920, un enorme fuelle del ferrocarril, mesas del club San Lorenzo de los años ’50, entre tantos otros) y un piano de cola que invita a sentarse a tocar.
Pulpería Quilapán
También el lugar cuenta con dos patios amplio con ladrillos coloniales a la vista, donde relucen un aljibe, juegos de metegol, de sapo, donde uno puede sentarse a tomar un trago, y más atrás se encuentra la cocina, que muestra un horno de barro de casi 4 metros de diámetro, donde se preparan las exquisiteces del lugar. Gregoire se entusiasma en describir que también tienen una chacrita, con cría de conejos y gallinas alimentados con desechos verdes de la cocina, y un jardín con plantas que dan al final del terreno, donde se encuentra un estanque donde se crían peces autóctonos, y donde está la máquina de soda, y una sala de refacciones en la que se vislumbra un auténtico laboratorio de trabajo artesanal. Entre muchas particularidades del lugar, vale decir que una cisterna de 1860 recupera el agua de lo llovido y lo utiliza para los depósitos de los inodoros, el riego y las canillas de servicio. En el interior, también se encuentra un despacho de bebidas de Juan Duarte, una despensa y un almacén con productos artesanales de diversos productores argentinos: cerveza del Chañar de San Luis, licor de Algarroba del Valle de Traslasierra, salame del Tigre, quesos de Suipacha, entre otros. Un dato peculiar: Si vas al baño podés golpear una pequeña ventanita que invita a que en el baño del sexo opuesto alguien acepte abrir la escotilla para contactarse.
Pulpería Quilapán
El público que visita Quilapán es diverso, desde turistas que se encandilan con la historia, los sabores y el clima del lugar, hasta los vecinos de la cuadra que fomentan el sentido familiar y cotidiano de la pulpería. El mismo Gregoire destaca que su objetivo es que la gente del barrio sienta a Quilapán como parte de su vida diaria, desde el trabajador que puede almorzar con un “Menú obrero” hasta todo tipo de visitantes que encuentran alternativas en la carta para degustar licores regionales, cervezas artesanales, vinos pateros, quesos y fiambres criollos, empanadas de varias provincias, y platos regionales al horno de barro, como los “ñoquis de los martes”, donde se inmiscuye alguna delicia francesa, o como la crème brûlée. La gente del lugar es de lo más cálida y atenta, y uno se siente en casa de algún pariente de campo, en confianza y comunión. Además, es una parte “rescatada” de la historia de Buenos Aires, lo que se traduce en un verdadero encuentro entre vecinos, turistas y visitantes de todo tipo.
En Defensa 1344 (San Telmo) – Buenos Aires
011-4307-6288 / www.pulperiaquilapan.com
Abierto de Martes a Domingos desde las 8 y hasta las 2 de la madrugada
Consumo promedio: $85.- (mediodía) / $250- (noche)