“Muchas veces vemos en ciudades como Roma hallazgos arqueológicos cuando también donde vivimos hay mucho para ver. Hay que romper esa percepción de que sólo afuera se encuentran los grandes descubrimientos y aprender a apreciar lo propio. Una de las buenas cosas que hizo la arqueología urbana en la Argentina fue explicar a la gente que estos hallazgos están a la distancia de un viaje en colectivo”, destacó a La Prensa Daniel Schavelzon, arqueólogo director del Centro de Arqueología Urbana de la UBA.
Considerado una de las eminencias en arqueología urbana del país, el arqueólogo está al frente de la excavación en la Cisterna de la Casa Estrada. Este hallazgo tiene que ver con el plan de excavación que se viene realizando en lo que se conoce como “la Casa del Virrey Liniers”, una de las viviendas aún en pie más antiguas de la Ciudad y que fue recuperada como centro cultural en 2011.
El lugar es abovedado, tiene capacidad para unos 90 mil litros y estaba oculto bajo un piso de baldosas de las oficinas del Patrimonio e Instituto Histórico. Según aseguran los expertos, servía para juntar agua de lluvia y abastecer a una familia en el siglo 19. Durante la semana de la arqueología se ofreció una visita guiada que permitió al público acceder a un espacio donde todavía se realizan tareas de investigación arqueológica.
Esta iniciativa financiada por la ciudad se suma a otras realizadas por particulares que han transformado sus casas también en espacios de investigación y difusión arqueológica. Tal es el caso de la Pulpería Quilapán que busca resguardar objetos encontrados en el lugar y al que sus dueños, los “Pulperos” franceses Gregorio y Tatiana, han abierto a todo el público.
“Aquí ofrecemos 350 productos argentinos para los vecinos y también los turistas”, explicó a La Prensa Gregorio Fabre. Durante la renovación del lugar se encontraron objetos como un soldadito de plomo, un juguete no muy tradicional para el siglo 19. También se mantuvo intacta un techo del siglo 18 que mantiene los ladrillos intactos de la época.
También se destaca el Zanjon de Granados una iniciativa de arqueología urbana desarrollada por un argentino que llevó a preservar el edificio y que consiste en una manzana entera bajo tierra.
Al ser consultado sobre cuánto falta por descubrir en territorio porteño, Schavelzon fue categórico. “Y no más que el 99 por ciento. El resto ya está hecho. Es como tantas otras cosas en que recién se está empezando el tema. No solo porque la Ciudad es muy grande sino que a medida que se va avanzando en el conocimiento van surgiendo nuevas interrogantes”, concluyó el arqueólogo.