Pulpería Quilapán: club de barrio con onda por Lola Rubinstein

FOTOTECA

Grégoire y Tatiana son dos franceses que abrieron esta pulpería en una casa con historia y mucho encanto en el barrio de San Telmo

Su nombre hace honor a los viejos almacenes que funcionaban también como centros sociales en Argentina. Y no es solamente un rótulo, Pulpería Quilapán invita a compartir, pasar un buen rato comiendo, bebiendo y escuchando música.

La propuesta gastronómica es bien “argenta” y acotada, ideal para espíritus indecisos: de entrada, provoleta, tabla de achuras o empanadas fritas, contundentes y jugosas (la de hongos y la Tucumana son exquisitas), algunas guarniciones, y como plato principal, carnes hechas en el enorme horno de barro (desde jabalí hasta ojo de bife), ñoquis caseros o platos a la olla de fundición, como el locro. Para tomar, vinos de etiquetas no convencionales, cerveza artesanal y aperitivos. Y de postre, flan o budín de pan. Además, de martes a viernes hay un menú obrero (uno a $120 y otro a $220), que vale la pena. También ofrecen picadas para pasar una tarde deliciosa en el patio colonial, junto al aljibe, entre paredes de ladrillo sin revocar. Si hace frío, los ambientes interiores son muy amenos. Sus dueños, entusiastas de la cultura de nuestro país, organizan eventos como catas de vino gratuitas (con reserva previa), noches de música en El Morocco, club escondido en la parte trasera, que homenajea a las viejas cuevas de jazz (el 22 de noviembre, día de la música, se relanza el espacio con la performance de Yamile Burich Cuarteto).

Además hay talleres de cocina senegalesa y de cocina ancestral, este último será dictado por la chef Sacha Sawila, de tradición quechua y dedicada a divulgar los sabores y saberes de sus ancestros, el sábado 5 de noviembre a las 11hs y tendrá un costo de $450. También organizan concursos de tomador de cerveza (el grupo que toma más rápido gana litros de cerveza artesanal), visitas guiadas los sábados por la mañana, jueves de tenedor libre de ñoquis, y por supuesto, los clásicos locros de las fechas patrias.

Como si todo esto fuera poco, hay un almacén con productos nacionales de todas las provincias, como cervezas, vinos, dulce de leche, embutidos, quesos. El toque francés se nota en la buena organización, la atención cordial y los detalles cuidados, pero por lo demás, en el ambiente se respira un aire porteño de antaño. Ir a Pulpería Quilapán es como viajar a otra época y sentirse a gusto en ella.

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