Por si a más de uno le extraña su sólo nombre, qué decir de su rica y desconocida historia en suelo nacional… Definitivamente, el tung no se anduvo con chiquitas: la producción de su aceite fue, en Argentina, la tercera a nivel mundial. Sólo que, aún con el fresco recuerdo del podio en su haber, vive hoy la angustia de los rezagados. Claro está, no está muerto quien pelea…
Fuera abajo
Originario de Asia (no en vano, China lidera el mercado productivo), el tung se sintió a sus anchas en los pagos guaraníes. El clima reinante en Misiones y buena parte de Paraguay (segundo productor mundial) resultó ideal para que este don no sólo echara raíces; sino que diera sus buenos frutos. Hablamos de su nuez, sí, más también del aceite obtenido de ella, la misma por la que el litoral argentino apostó a esta peculiar industria. Más precisamente, ocho fábricas cuya última sobreviviente asoma desde la misionera localidad misionera de Alem, más no fuera, desde el recuerdo… En el año 2013, la Cooperativa Agrícola Limitada Picada Libertad cesó su actividad, aunque sueña con un feliz regreso.
Poderosas las chiquitinas
La inversión es el quid de la cuestión. Con tan pocos países productores… ¿por qué no aprovechar el arraigo del tung a nuestra querida tierra colorada? El asunto no es tan fácil. Si bien se trata de una especie noble, cuyo fruto no implica mayor labor, a la hora de la cosecha, que su simple recolección del suelo, también tiene algunas contras. El árbol apenas da frutos cada tres años. Sí, ni uno más ni uno menos. Por lo que se precisan espaldas para sostener la continuidad de la producción; considerando, además, los fines específicos de los derivados. El aceite de tung no es comestible (de hecho, su ingesta es venenosa); sino que es valorada por su alto poder de protector, aquel que la convierte en compuesto de pinturas y barnices. Aunque bien vale aclarar que, oleosas semillas aparte, la cáscara de la nuez también juega su papel: parte de ella es utilizada para la producción de combustible, dada la energía calórica concentrada.
Tung está
Claro que, amén del cese de la actividad, el árbol de tung brilla aún por su presencia. Las condiciones del suelo siguen siendo las mimas, así como las climáticas. ¿Y qué hay de la infraestructura para reactivar la producción? También está, pues Picada Libertad se niega a rendirse, a condenarse a la soledad del olvido, al silencio de la quietud. ¿Entonces? Inversión, financiación y demás términos derivados parecen ser la ¿utópica? solución. Chacras, colonos y árboles, sumados una historia de conquistas y triunfos, aguardan por el despertar del letargo, ese empujón económico que los coloque, una vez más, en limpia competencia.