Una comida no tiene el mismo sabor con o sin aderezo. Este “complemento”, que ofrece cientos de variantes, cumple la misión de intensificar el sabor de la preparación con criterio y equilibrio. Por eso, es importante elegir la opción adecuada para cada plato y en cantidades razonables. Evitar el abuso del aderezo es condición sine qua non para conservar la esencia del menú.
Recurso inagotable
El aderezo es un ingrediente, o una combinación de varios, que se utiliza para dar sabor y aroma a una comida. Su tipo de uso tiene una connotación absolutamente cultural. La mayonesa es un recurso gastronómico casi universal; se utiliza en muchos países para potenciar el gusto de la comida que uno prefiera. La mostaza, por su parte, va conceptualmente unida a las salchichas en sus múltiples versiones. El chimichurri fue creado para acompañar a la carne asada en la parrilla argentina, mientras que el ketchup es aliado de los tacos en Estados Unidos. Sobre gustos (y culturas) no hay nada escrito…
Costumbres argentinas
En todo restaurante argentino, al servir una ensalada, el mesero consultará: ¿Aceite de maíz o de oliva?, ¿Balsámico o vinagre? En las cantinas, junto con el pan, servirán cazuelitas con algún aderezo elaborado en base a mayonesa o queso crema (con sabor a provenzal, albahaca o cebolla), para “entretener” el estómago unos minutos. Y el flan, no será flan si le falta la salsa de caramelo o la cucharada de crema o dulce de leche.
La punta del ovillo
Crema, manteca, aceite, especias y hierbas son ingredientes básicos que dan lugar a infinidad de recetas de aderezos para platos calientes como carnes, pollos o pastas (salsa blanca, de tomate, de champiñones, de vino, de verdeo, scarparo, etc.), platos fríos como ensaladas y sándwiches (vinagreta, salsa golf, salsa tártara, etc) y postres (salsa de frambuesa, crema chantilly, fondue de chocolate, caramelo, etc).
Lo más interesante del aderezo es que puede prepararse de forma casera según los ingredientes disponibles en la cocina, el plato a preparar y el sabor que se busque encontrar. Esta ventaja abre un mundo a la improvisación y la exploración gustativa que no tiene desperdicio.