El Chef de la Pulpería Quilapán. O, simplemente, Adrián Castillo. Con toda la grandeza que lo simple suele traer consigo. Y en el caso de Adrián, no fue la excepción. Porque si solo hubiera sido el gran Chef que fue, si su única huella no hubiera sido otra que la del buen sabor que desde la cocina que supo comandar entregó a cada mesa, estos momentos, y hasta estas líneas, hubieran sido algo más fáciles. Pero el Adrián compañero nos complicó para bien.
Qué decirle que usted no sepa, parroquian@… Que cuando alguien querido parte de este plano, quienes nos quedamos no sabemos muy bien qué hacer. Y por eso es que aquí nos encuentra, haciendo lo que apenas nos sale: abrir el corazón. Para que estos mensajes de buena parte del equipo de la pulpería no solo recuerden a Adrián, e incluso lo acerquen a usted mucho más de lo que aún tras bambalinas ha estado; sino para que lo abracen con todo ese calor tan suyo que en la familia pulpera siempre habrá de quedar.
Mica: “Adri, te voy a extrañar mucho. Fuiste una gran ayuda en el trabajo. Gracias por enseñarme todo. Se fue un gran amigo que siempre estará en mi corazón. Te quiero mucho.”
Romi: “Sin palabras. Excelente persona. Tengo los mejores recuerdos.”
Luis: “Se fue una parte de mí sin pensarlo ni imaginarlo. Estarás en mí por el resto de los días. Un gran cocinero.”
Alexis: “Gracias por todo. Estarás siempre en la cocina. Gracias por tu servicio. Hasta siempre.”
Charly: “Te extraño un montón.”
Natalia: ¿Adrián? Una de las personas más lindas que pude conocer en la pulpería. Gracias por el tiempo compartido, por tu alegría y chusmeríos. Por ser simplemente Adrián. Te quiero por siempre y el de arriba estará escuchando a Lali con vos.”
Karina: “Sabemos que estamos de paso por esta vida, pero nadie te prepara para la pérdida de un amigo o compañero. Por la pulpería pasó el mejor jefe de cocina que pudo haber tenido. Una persona humilde, con valores, principios… Un cocinero como en pocos lugares hay. Te voy a extrañar un montón. Formas parte de mis pensamientos para toda la vida.”
Gregorio: “Gracias Adrian. Gracias por todo lo que nos regalaste. Gracias por todo lo que me aprendiste. Gracias por tu amistad y ti sabiduría. Gracias por estos años en la pulpería Quilapan. Con un trabajo ejemplorario y un compañerismo fraternal llegaste a ser el jefe de este restaurante en el cual dejaste una hella única, la huella del amor. Siempre me acordare de todas estas chistes que contaban Carlos en la cocina y de vos que no podías esconder tu sonrisa. Gracias por estas sonrisas que sabías hacer en la délicatesa del silencio. Gracias por saber escucharnos sin juzgarnos. Gracias por encontrar las palabras justas cuando tenías que hablar. Gracias por estar presente y amarnos como somos. Adri el mundo ya se transformo y no es el mismo sin vos. Hay algo visible que podíamos abrazar con nuestro mano que pasó del otro lado. El amor nunca desaparece y no hay duda que estás. La muerte no es un ausencia pero una presencia discreta. Seguiremos hablándote en el silencio de nuestro corazón.”
Hasta siempre, Adri. Hasta siempre, Chef. Hasta siempre, amigo…
