Si al decir de la pluma de Alfredo Le Pera, “20 años no es nada”, ¿qué fueron más de 40 en labor periodística para Alejandro Maglione? La valerosa y reconocida trayectoria por la que, en el 2015, la Academia Nacional de Gastronomía lo premiara como el Mejor Periodista Gastronómico 2014. “Ya era hora…” Pues sí, el abogado estaba en su justo derecho. ¿Abogado? Así como lo oye. Su título es, acaso, una de las curiosas similitudes que comparte con prestigiosos periodistas gastronómicos del mundo. Aunque, claro está, el bueno de Alejandro es único. Veamos de qué va nuestra personalidad de la fecha…
A lo ancho
Lo cierto es que la enogastronomía no ha caído en la vida de Alejandro como peludo de regalo. Con abuelos de pasado bodeguero, don Maglione tiene sus bases bien fundadas. Aquellas sobre las que supo erigir su propia y respetada carrera: comportamiento apropiado y conocimiento de causa, ningún improvisado…Sibaritismo en estado puro. Pues, aunque la colonia de Sibaris, esa cuyos habitantes pregonaran el lujo y los placeres de la vida, yazca en la memoria de la Magna Grecia; nuestro protagonista no se priva de ser todo un Sibarita, aún en Argentina. Y en ello especializa su labor periodística. ¿Acaso la buena mesa no es otra de las exquisiteces de las que disfrutar mientras estamos vivos? “Ya que la vida es corta… ¡hagámosla ancha!” anales en el Diario La Nación (sobre temas Sibaritas, por supuesto) hasta sus, entre otras, colaboraciones en las revistas Vinos & Sabores, Wine +, Joy, y Vinicius, allí donde la buena vida es la temática recurrente (ni que hubiera sido fundada por Alejandro, ¿no?). La Guía Óleo de Buenos Aires, en su sección Dixit, también goza de su participación; al igual que las internacionales revistas Dionisios (Perú), Cata de Caracas (Venezuela), Placer (Uruguay) y Number Wine (editada para Francia en Inglaterra). Claro que no todo pasa por la palabra escrita: además de participar en el programa Polémica en el Business, en Radio Cultura y Concepto; Maglione conduce su propia criatura radial. Por Am 1420, La Isla de los Sibaritas es un inmejorable puerto de arribo desde hace siete años. De partir, ni hablar.
Recular nunca, detenerse jamás
De detener el tránsito, tampoco. Tal vez por tomarse muy a pecho aquello de la vida corta, y honrar sin mezquindades la amplitud que ha sabido congraciarle, la pasión por la gastronomía y los vinos que late en Alejandro lo ha llevado a tomar cartas en el asunto mucho más allá de la prensa escrita o radiofónica. Ha sido miembro fundador de la Academia Argentina de Historia Gastronómica y de The Fork Club. Le digo más, ¿se acuerda del famoso Grupo Gramajo? Sí, sí, aquel que reúne a catadores compulsivos del porteñísimo Revuelto Gramajo, receta amiga de la casa. Pues allí ha estado Maglione, para darle vida y activa participación. Esa de la que también gozan innumerables catas desarrolladas a nivel nacional e internacional, y festivales gastronómicos de Latinoamérica y Argentina, tales como Caminos & Sabores y la Feria RAÍZ (de cuya organización participara en la edición 2015), entre tantos otros. Porque el valor de propio merece ser rescatado, preservado y difundido. De allí que nuestro incansable hombre del día haya fundado, y aún presida, la Asociación de Periodistas Gastronómicos de Latino América (APEGLA), quien se propone compartir, destacar y promover el patrimonio gastronómico latinoamericano. Una joyita.
¿Agotado de tanto trajinar? Se lo dijimos, como Alejandro Maglione no hay dos. La pausa no está en sus planes; lo suyo es siempre ir por más. Inmejorable leitmotiv para vivir a las anchas.
