Borges, el memorioso

FOTOTECA

Fue uno de los escritores más audaces de todos los tiempos y su exquisito uso del lenguaje trascendió las fronteras argentinas.

Polémico, creativo e innovador, Jorge Luis Borges supo dejar su impronta en la construcción de la identidad nacional y tuvo una gran repercusión aún más allá de lo que sus propios textos generan.

Vivió entre 1899 y 1986, y gracias a su intrepidez literaria e instinto crítico logró dar curso a algunas de las primeras narraciones nacionales de ficción, al mismo tiempo que instaló un estilo combativo de escritura. Entre sus textos más reconocidos se encuentran sus colecciones de cuentos Ficciones (1944) y El Aleph (1949). Su obra titulada Leopoldo Lugones (1965), lejos de exaltar al autor referido lo convierte en un blanco contra el que arrojaría innumerables ataques de lo más vehementes e ingeniosos, matizados con un vocabulario cautivante y espléndido.

Argentino por excelencia

Su vasta obra es un compendio de literatura universal. Sus colecciones de ensayos se destacan por su calidad y admirable espíritu. Basta con leer El tamaño de mi esperanza (1926) o Historia universal de la infamia (1935) para reconocer en Borges a un gran escritor así como también a un ávido lector, que marcó con sus artículos el camino del análisis y la crítica textual.
Borges siempre buscó nuevos horizontes. Cuando todos tenían sus ojos puestos en el teatro, él generaba cuentos. Cuando todos buscaban enriquecerse con los frutos de la metrópolis, él dirigió su vista hacia las orillas e hizo de los personajes fronterizos una poética cautivante. Es nuestro emblema porque no sólo escribió con maestría, sino que lo hizo a partir de su argentinidad.
Es conocida su fama de autor “difícil” por lo complejo de su escritura, pero gran parte de su maestría radica en la capacidad que tuvo para escribir para todos. Sus cuentos y ensayos siempre tienen algo para comunicar. Todos podemos disfrutar de esa rica lectura. Cuanto más se lee, más secretos se revelan. Dejarse cautivar por el mundo borgiano es un viaje sin retorno y altamente recomendable.

Muchas entidades de gran prestigio como el Centro Cultural Borges se encargan de la difusión y propagación del arte y sus segmentos. Alimentarse de un buen entorno cultural puede ser una de las claves que, escondida en los laberintos de la obra de este gran autor, ayuden a transitarlo agradablemente.