Botellas cargadas de futuro

FOTOTECA

Claro ejemplo de creatividad, la casa de botellas abre el camino hacia una nueva conducta ambiental. Sustentabilidad y medio de vida.

El ingenio al servicio de la ecología y la crisis. Ese ha sido, acaso, el estandarte bajo el que las casas de botellas han sido concebidas. ¿Cómo así? Es que lo que para muchos “sobra”, para otros puede ser esencial. Cual materia prima de calidad, los residuos sólidos urbanos han inspirado fuentes de trabajo y amparado poblaciones sin refugio. Porque no todo está perdido… ni desperdiciado.

Cosa de familia

Así lo creyó la familia Santa Cruz, radicada en la ciudad de Iguazú, Misiones. Pionera nacional en la idea de “hacer” con lo que aparenta ser “desecho”. Recurriendo a su condición de artesanos, sus miembros pusieron manos a la obra ante una esquiva situación laboral. Comenzaron por elaborar elementos decorativos y utilitarios con envases de vidrio, latas de aluminio, envases de Tetra Pack y hasta botellas plásticas tipo PET. Claro que la imaginación e inventiva jugaron un rol fundamental en el asunto: los Santa Cruz desarrollaron una técnica de encastres -única en el mundo- con la que han dado origen a una gran variedad de muebles. Sí…sillones, mesas y hasta camas hechas de botellas ¡Sólo faltaba la casa! Un verdadero sueño hecho realidad para esta familia que comprendió que debían compartir su experiencia no sólo para subsistir; sino también para colaborar  con una forma responsable y ecológica de construir.

Una puerta, muchos caminos

Así es como la “Casa Ecológica de botellas” se convirtió en una puerta de acceso a nuevas oportunidades ¿Cuál es la llave para abrir el cerrojo? Sus creadores han encontrado varias, y todas ellas dan paso a un alentador horizonte. En el panorama social, la difusión es el camino: la familia gestiona cursos gratuitos sobre su técnica para construir y elaborar muebles. Campaña solventada por la venta de sus creaciones y cuya única finalidad es transmitir experiencias en pos de una mejor calidad de vida. Aquí es donde nos asomamos al horizonte cultural: la creación de una casa portátil permitió difundir el proyecto más allá de las fronteras provinciales y proliferar la conciencia ambiental; alentando también a generaciones futuras. Acción clave para la perspectiva ecológica: el secreto está en saber qué hacer con los residuos no sólo para la propia utilidad; sino para reducir la basura y disminuir sus efectos contaminantes. De esta manera, la Casa Ecológica se alza como un atractivo natural en el panorama turístico, atrayendo visitantes de Argentina y el mundo.

Todos para uno

Positivismo puro derrocha este proyecto y con dicha convicción la familia Santa Cruz ha solicitado colaboración… y de la buena. Instituciones, empresas y personas interesadas en su iniciativa fueron convocadas para contribuir mediante créditos o patrocinios ¿El objetivo? Construir un modelo de casa final, con todas las comodidades y mobiliarios; con un colector solar que posibilite el suministro de agua caliente. Y en eso andan… Por lo pronto, la Casa Ecológica de botellas ha sido declarada de Interés Municipal y Provincial. Lo que no resulta un incentivo menor.

Aplausos y más aplausos para esta iniciativa cuyo impacto social, ambiental y cultural reporta beneficios sin límites…”sin techo”. Imposible esperar menos de esta digna discípula de nuestra casa mayor: el Planeta Tierra.