La Cueca es una bella danza muy picaresca, elegante y de gran entusiasmo, practicada en zonas rurales de diferentes provincias. Se conoce su existencia desde 1840, cuando fue recopilada por primera vez por Ventura Lynch. Es una danza que nace bajo dos grandes influencias, desde el norte, la limeña y por el oeste, la chilena. Se la vincula con la Zamacueca, danza peruana y luego con la Zamba de Argentina, siendo a veces catalogadas como danzas con un origen común.
Se vincula a la Zamba por diferentes aspectos: El principal es la estructura coreográfica y musical, puesto que son muy similares. La Cueca en estas latitudes puede encontrarse a su vez en diferentes modos, la cuyana y la norteña son las principales exponentes. En este caso, trabajaremos la Cueca Norteña, que se encuentra en las provincias de Jujuy y Salta principalmente, pero es danzada en todo el país.
Se danza en círculos y semicírculos, que conllevan a encuentros y alejamientos entre bailarines. Desarrollos espaciales que llamaremos vueltas y medias vueltas, giros y contra giros; y se transitan hacia el centro y hacia las bases (la base es el lugar que ocupa cada bailarín al comienzo de la danza). Se utilizan dos clases de paso: “caminados” a tiempo, por un lado, y por otro, “pasos saltados” que se desarrollan cómo pequeños saltos sobre un tresillo, (similar a un vals saltado, 1, 2, 3). Se danza con el elemento pañuelo, el cual acompaña la danza y la expresividad de los bailarines.
Es una danza amatoria, donde los bailarines mediante su expresividad, recorrido espacial, y corporalidad de la música desarrollan un relato divertido y alegre que recuerda a un juego de la niñez.