Dibujando la niñez

FOTOTECA

Son clásicamente vinculados con la niñez pero influyen en la mirada de toda la familia.

Son una atracción típica de niños pero se meten en la casa de toda la familia. Pueden ser pensados como los constructores de la infancia pero también parte fundamental de los recuerdos de la adultez, etapa en la que se puede llegar a revivir cada escena vista infinidad de veces según las circunstancias se presenten. Así, los dibujos animados dejan de ser simple entretenimiento para convertirse en importantes formadores.
La historia del dibujo animado en Argentina que nace con Quirino Cristiani, tiene sus destellos y de ellos se dará cuenta aquí.

Hecho en Argentina

Si bien hoy es muy masivo el consumo de dibujos animados de origen extranjero por el gran fenómeno de la globalización, en los primeros años de la televisión también era recurrente esta presencia. A pesar de ello, Argentina tuvo su aporte a la confección de dibujos animados nacionales y uno de sus pioneros fue Dante Quinterno -del que hablaremos en el apartado siguiente- aunque también fue fundante Manuel García Ferré. Este último es quien dio a luz a personajes como Anteojito y a todo el clan perteneciente a Las aventuras de Hijitus. Más tarde sería el progenitor de Trapito, de Ico y de Petete. Los primeros largometrajes de este creador de tiras animadas se estrenaron en los años ´70 y tuvo su indudable consagración con el film Manuelita que en 1999 se convirtió en una de las 10 más vistas en la historia argentina del cine.

El último Tehuelche

Con la película Upa en apuros producida por el realizador Dante Quiterno se inició el 1942, con paso firme, el recorrido que la animación habría de hacer en Argentina de la mano de este maestro cuya película fue elogiada hasta por el propio Walt Disney. Era protagonista de esta historia Patoruzú, personaje que representando al último Tehuelche, revalorizaría desde la formas animadas, con respeto y dignidad, a las comunidades aborígenes persistentes post colonización hasta nuestros días.

Suma de más y más ilusiones

Existieron distintas apuestas detrás de propuestas infantiles como Dibu, Rodolfo Mutuverria, quien en 1997 conjugó la animación con actores físicos tanto para la pantalla chica como para el cine; o lo que haría diez años después, en 2007 con los personajes trazados por Roberto Fontanarrosa y que dieron vida a la película de Martín Fierro y Boogie, el aceitoso.
Tal vez el punto cumbre de esta trayectoria nacional se reconocer con la animación del director Juan José Campanella, Metegol , realización que no sólo demostraría el gran avance alcanzado en el género, sino que también tendría su reconocimiento con el Premio Goya  en 2014 a la Mejor Película de Animación.

¿Te acordás de los dibujos animados que marcaron tu niñez? Es un reto no recordarlos sin que se escape una sonrisa de añoranza.

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