Que “la comida entra por los ojos” era una premisa doméstica que nuestras madres y abuelas solían aceptar como verdad revelada, traduciéndolo de manera sencilla pero efectiva en la cocina diaria. Ahora, toda una nueva generación de chefs viene a corroborarlo con otras exigencias y parámetros para llegar a la conclusión de que el arte –aunque sea con minúsculas y de efímera duración– también puede sentarse a la mesa.
Por Oscar Muñoz
[…]
La búsqueda de insumos que reflejen toda la geografía gastronómica se expresa en la carta de Quilapán, una pulpería urbana de tranqueras abiertas a los intereses culturales, creada por Grégoire Fabre, un emprendedor galo instalado en San Telmo, que privilegia los productos elaborados artesanalmente.
“La selección de productos se basa en su valor ecológico, social, y cultural, así como el cumplimiento de respetar al medioambiente, al hombre y a su patrimonio, pero además nos permite jugar con platos visualmente patrióticos y atractivos”, se esmera en prolijo español.
