Que nació en Entre Ríos, en 1883, pero que mamó la ciudad de Buenos Aires como pocos, pues fueron los suyos tiempos de inmigrantes, conventillos y arrabales, guapos y compadritos. Sí, pura tinta para el puño de don Evaristo Carriego: el poeta que hizo de las orillas su centro. El de su arte y letras. ¿Gusta leerlo con nosotros?