Hola vecinos!
Me parece que es nuestro deber como ciudadanos sostener con fundados argumentos nuestras convicciones como también lo es defender el valor de lo hecho por las personas que nos precedieron y no desechar todo como si fueran “trapos viejos”. No estaríamos acá, si ellos no hubieran existido y solo por eso tendríamos que respetarlos. Es muy perverso de nuestra parte creernos que lo que hacemos en nuestro pequeño lapso de vida, es superior a lo que han realizado otros en su momento. La desvalorización de lo antiguo es una moda y todos, en algún momento, sentimos que nuestros viejos “no sabían nada” hasta que maduramos y tomamos de ellos lo que nos pareció rescatable; así la sociedad va evolucionando en el tiempo, porque EVOLUCIONAR NO ES CAMBIAR TODO.
Por eso las sociedades más antiguas, a las que muchos “admiran” pero cuando tienen que copiar no lo hacen, preservan INCONDICIONALMENTE su historia y la muestran orgullosos al resto de la humanidad. Nosotros renegamos de ella, la destruimos, tiramos todo abajo (Ej.: Casa Benoit / Escuela Taller del Casco Histórico, etc.etc.), la ocultamos, nos avergüenza y nos creemos mejores si nos parecemos a otros, por eso copiamos la cáscara y descartamos lo profundo de nuestras raíces. Obviamente, estoy generalizando.
Hablando de raíces, la raza negra llegó al Río de la Plata en 1588 y nosotros todavía los cuestionamos y sentimos que tenemos que darles “permiso” para que expresen su cultura. Comparamos y cuestionamos el rito de sus Llamadas de Tambores que realizan sistemáticamente para no olvidar sus orígenes -y para que nosotros tampoco lo olvidemos-, con el quilombo producido en las veredas y aledaños de bares / restaurantes / cervecerías y otros negocios del estilo.
Como dijo el gran músico uruguayo Hugo Fattoruso -en la nota que le hice- sobre lo que significan las Llamadas en Montevideo-Uruguay (país al que muchos quieren irse a vivir): “Es idiosincrasia…. hipnotizan… Tienen mucha gracias, mucha elegancia, armonía, disciplina ¡No es ruido… no tiene nada que ver… es dignidad!… Cuando están tocando, todo el vecindario está feliz porque saben que no va a pasar nada, no va a haber ladrones dando vueltas ni borrachines, porque están los tambores y todo el barrio se contagia. Es incomprensible que molesten, es una celebración. Además, quien vive en Montevideo, en el Barrio Sur y en Palermo, ya saben que es así porque existen hace 200 años”. Esto último tendríamos que tenerlo en cuenta los que habitamos San Telmo.
Mi madre, una maestra y directora de la escuela Cnel. Isidoro Suárez de Independencia 758 en los años 70, quien vivió 30 años en la torre de Cochabamba y Defensa (hasta los 98 años), cuando pasaban los tambores los domingos mientras otros les tiraban botellas de plástico, agua y otras yerbas, ella los aplaudía como reconocimiento por su lucha contra la eterna discriminación que sufrieron-sufren y sufrirán, etc.etc. Por todo lo expuesto: “No es lo mismo gordura que hinchazón”.
Solo hay que adaptar las actividades para poder convivir todos con todos y no que un sector de la comunidad se apropie del espacio público (ocupando veredas y calles, cortándolas a su antojo, haciéndonos escuchar la música o las actividades que a ellos les gusta en el horario que quieren y más, mucho más), tomando como bandera la “movida cultural” cuando en realidad, obviamente, es un pretexto para acrecentar la ganancia de sus negocios.
Abrazo de SOL!