La casa de las margaritas

FOTOTECA

Un ex-centro clandestino de detención, devenido en un sitio cultural y de la memoria en el corazón del nordeste argentino.

Frente a la plaza central de Resistencia, Chaco, se levanta una casona antigua con balcones enormes. Ninguna rareza, pues, ya que en cualquier capital de provincia argentina aún quedan edificios de allá a lo lejos y hace tiempo, siempre dignos de ser admirados. Lo verdaderamente extraño de esta inmensa casa es que todo el año florecen margaritas. ¡Y vaya que eso es bien difícil donde el viento Norte siempre le gana a la siesta!

La Casa Lagerheim data de 1910 y guarda su estilo español con reminiscencias eclécticas del Art Nouveau y del Neoclásico. La mandó a construir un inmigrante sueco, que llegó a la Argentina a fines de 1800 y fundó la primera fábrica de tanino en el territorio. Obrajes forestales y explotación algodonera signaron por más de un siglo los destinos de esta zona. Pero como la trágica letanía que describiera Eduardo Galeano en sus Venas Abiertas de América Latina, la gracia de la tierra puede también convertirse  en condena. Los trabajadores chaqueños, sobre todo de los pueblos originarios, sí que lo saben.

A mediados del siglo XX, la propiedad pasó a manos del gobierno provincial y fue utilizada como base de oficinas públicas, entre ellas, la Brigada de Investigaciones de la Policía Provincial de Chaco. Durante la última dictadura militar en Argentina, se convirtió en un centro clandestino de detención por donde pasaron cientos de detenidos entre 1976 y 1980. Allí estuvieron alojados algunos de los 23 presos políticos fusilados en la masacre de Margarita Belén –una colonia rural ubicada a 21 kilómetros de Resistencia- el 13 de diciembre de 1976.

Treinta años después, fue renombrada Casa por la Memoria del Chaco y convertida en un museo y centro cultural por el que suelen transitar cientos de niños por día. Sus balcones europeos ofician como escaparates para sagas de animales fabricados con papel reciclado. De las mayólicas francesas cuelgan a veces telas coloridas. Y las margaritas comenzaron a florecer… de papel, plástico, tela, esgrafiadas con aerosol. Del modo que sea, las margaritas no dejan de nacer y ser parte de ella.

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