Molina Campos, la amena vida paisana

FOTOTECA

Artista expresivo y campero, sus pinturas contemplativas y humorísticas reflejan la vida gaucha

Nos dejan una construcción de la vida campera fresca, amena y divertida. Son las pinturas de Molina Campos que además de arte representan una lectura muy atractiva de la costumbres del campo. Una infancia entre los gauchos y paisanos supo darle material e imágenes que luego su buena mano iba a saber representar con graciosos trazos.

Reconocimiento presidencial y difusión

Una impactante muestra de arte expuesta en la Sociedad Rural Argentina durante 1926 capturó la atención de muchos espectadores por su calidad y expresividad e hizo que el presidente del momento, Marcelo Torcuato de Alvear, lo nombrara profesor de arte del Colegio Nacional Nicolás Avellaneda. Años más tarde, en 1931, las pinturas de Molina Campos llegarían a todos los hogares gracias a que formaron parte del Almanaque de la empresa Alpargatas S.A. que comercializaba ropa y calzado para gran parte de los trabajadores.

Una suma de miradas de la vida campera

La profunda destreza de Molina Campos compitió con la de otros grandes referentes de la época. Durante 1926, entre los más trascendentes se encontraban Roberto Arlt -quien luego supo “pintar” su Aguafuertes Porteñas- y hasta el mismo Ricardo Güiraldes quien, con su Don Segundo Sombra consiguió rescatar la melancolía del gaucho moderno de la época del Martín Fierro. Es interesante la mirada de la gauchada del Don Segundo, con la que Molina Campos logró configurar con tonos de humor su pintura y representó más satíricamente pero con un gran respeto las mejores estampas de la vida gaucha cotidiana.

Un listado de acciones y vivencias gauchas

El tata, Las boleadoras, El viaje hacia la escuela, La fiesta, La cocina de los peones, La doma, El mate del estribo; tantas son las representaciones de la vida gaucha que Molina Campos construyó con su lápiz que podría crearse con ellas una biografía general de la vida campera y no habría momento que faltara en el listado. Con todos sus detalles, con notoria expresividad, con algunas exageraciones pero con mucha admiración, las estampas de este artista bonaerense son un legado que hace que las generaciones actuales y venideras puedan sentir un poquito más de cerca lo que la vida del campo fue, es, y quizá seguirá siendo.

No hay momento del quehacer gaucho que no tenga su espacio en el catálogo de arte que su Nieto, Gonzalo Giménez Molina junto con la Fundación Florencio Molina Campos se encargan de difundir y gestionar.