Noblex Micro 14 NT 320, en la pantalla chica

FOTOTECA

El televisor más vendido de la industria argentina, ese fue el Micro 14. Pequeño, portátil y pionero en introducir color. ¡Pura sensación!

Blanco, Beige y rojo. Simpaticón por donde se lo mirase incluso a pantalla apagada. Pues el Noblex Micro 14 portátil supo ser mucho más que un electrodoméstico. Concebido como un objeto de diseño y vanguardia tecnológica, este chiquitín sí que marcó historia en la industria nacional, convirtiéndose en el televisor más vendido de todos los tiempos sobre suelo argento. Del buen genio de Roberto Napoli, y con el permiso de nuestra vieja y querida Predicta Philco, aquí se lo presentamos.

A papá

Detrás de toda gran creación, no puede haber más que un gran creador. Y si la Micro 14 supo ser un gol de media cancha allá los años ‘70, a su alma páter nos remitimos: Roberto Napoli. ¿Diseñador industrial? No, arquitecto. Era lo que había en el inventario de carreras universitarias, vio… Pero de construir iría lo suyo de todas maneras. De allí que andaba cursando su tercer año en la Universidad de Buenos Aires cuando descubrió un mundo técnico y estético por fuera de la arquitectura. No, no todo pasaba por edificaciones; sino también por piezas, acaso tan complejas y funcionales como un edificio mismo. De modo que fue entonces, para 1964, que el bueno de Napoli comenzó a meter sus narices –ahora sí– en el diseño, más no fuera desde una formación universitaria. Y la primera oportunidad le llegó de la mano de la empresa Ultra, fabricante de máquinas de calcular. ¿Cuál fue el primer pedido para un Roberto de jóvenes 22 años? Una línea de máquinas de sumar. Apenas el puntapié de cuanto nunca se detendría. Pues en 1970, a los 27, le llegaría la oportunidad de ocupar el cargo de gerente de diseño y producto de Noblex. Carrerón.

Haciendo camino

Ahora bien, ¿qué hay de Noblex? Sus inicios fueron bajo el nombre de Nobleza Radio, en 1935, por tanto comenzó fabricando las llamadas radio “Noblesse”. No fue sino hasta 1956 que su fundador Armando Pla y su hermano Alfredo pusieron manos a la obra a algo mayor: los primeros televisores blanco y negro y la radio de mesa a transistores. Por lo que, en terreno ya abonado, entre 1970 y 1976, Roberto Napoli tuvo suelo fértil para hacer de las suyas: cinco o seis productos nuevos, uno por año. Entre ellos, en 1972, tras pruebas y contrapruebas, el Micro 14 NT 320. Toda una revolución que habría de echar flit a los grandes televisores de carcasa de madera lustrada. El Micro 14 fue así pionero en introducir color, más recurriendo a formas puras, simples, sin adornos ni rimbombancias. Lo que se dice, futuro a la vista. Y qué vista la suya….

Abran cancha

Además de su puro atractivo visual, ¿qué hacía tan bueno al Micro 14? En primer lugar, Napoli y compañía desistieron de los tubos de 12 pulgadas utilizados hasta entonces para pasar a los de 14. Pues ello implicaba una menor redondés, al tiempo que contribuía al menor tamaño y mayor practicidad. ¿Y cuál era el por qué de tan grandes dimensiones hasta el momento? Pues los transistores, dispositivos que permitían el paso de una señal a otra, era cosa reciente. Y no fue sino gracias a ellos la condición portátil y más diminuta de la que ya gozaron algunos antecesores del Micro 14, como el Micro 9 y 12.  Por lo que el Micro 14, como una evolución de éstos últimos, terminó siendo toda una pegada. Tanto así que la empresa “compró” el proyecto de primera. Y así comenzó a escribir historia. Al principio, de forma algo tímida: para esta criatura de 8kg, pantalla de 34cm y electricidad por enchufe o 12v de batería común, el color primero fue el beige. Pero el rojo furioso acabó por ser pasión de multitudes.

¿Qué si Roberto Napoli fue solamente el Micro 14 y su gran récord de ventas? Desde luego que no, pero del mismo modo en que la desindustrialización que vivió el país privó de una sostenida carrera al padre de la criatura, también a la propia Noblex (en su años de existencia bajó la persiana de la producción y vender artefactos extranjeros) y demás empresas. Quizá cuanto engrandezca mucho más el recuerdo del Micro 14, de esta chiquitina que jugó a lo grande y que en su justa memoria, desde éstas líneas, no podíamos dejar de recordar. Mucho más que una tele, ya lo rezaba su publicidad “Reserve el suyo cuanto antes… sería muy aburrido no tenerlo en su hogar”. ¡Y en la pulpería el gusto no nos podíamos dejar de dar! Así pues, la Micro 14, por estos lares da que mirar…