La pianola nació antes que el disco de pasta y nos permite tener una idea de la interpretación de los grandes pianistas clásicos, como Debussy o Racmaninov y del genio ragtamista, Scott Joplin. Aunque también, nos permite conocer más sobre el folklore argentino.
La primera pianola
En la ciudad norteamericana de Detroit, en un garage ubicado en el 312 de la Avenida Est Forest, Edwin Scott Votey inventa, durante el verano de 1895, la pianola tal como la conocemos actualmente. Más tarde, en 1898, se asociará a la Aeolian Company para vender este piano mágico a norteamericanos y europeos. De esta forma, la pianola conoce rápidamente el éxito en Buenos Aires.
Los rollos perforados
¿Sabías que la mayoría de los rollos perforados que se fabricaron con anterioridad a 1912 fueron “picados” a mano? La perforación se realizaba utilizando una escala y una regla, tomando como base la partitura original. Se picaban las perforaciones y luego de la corrección, se confeccionaba una matriz, de la cual se obtenían las copias del rollo. La longitud del papel de los rollos podía variar entre 4 metros -los temas populares- y los 26 metros las obras clásicas completas. El primer rollo fue grabado en Estados Unidos en forma directa por el compositor Lee Roberts en 1912, para la firma Q.R.S y correspondió a Valse Parisienne.
Los vendedores porteños de rollos
En 1917, la firma C. J. Christie e Hijo, en su salón de ventas de la calle Cangallo 830 de Buenos Aires, ofrecía en su Catálogo Suplementario rollos de música para la Pianola y la Pianola: There’s a land, La Bohème. En 1922, ofrece el tango El Choclo de Mallada y también Tema y variaciones de I. J. Paderewski. Por otra parte, la casa Breyer vendía los famosos rollos Pampa con Fiesta Campera y el Gato punteado, de Arturo C. Schianca. En los años ’20, los chinos ya vendían rollos de pianolas y todas las familia con casa en Mar de Plata contaban con una pianola en la sala.
Pampa: la fabrica argentina
Los rollos Pampa, cuya fábrica estaba ubicada en calle Universidad N° 1274, en el barrio de Barracas, produce para 1917 cerca de 100 títulos para el sistema de 65 notas. El dueño de la fábrica, Julio Goossens, perforó rollos por más de 20 años, pero se cansó en 1933. Los rollos Pampa se grababan con un piano de cola registrador, un equipo de perforación simultáneo, un patrón y cuatro multiplicadores. Y además, tomando manualmente como base la partitura musical, a éstos últimos rollos se le “agregaban” notas de modo “decorativo”, de tal manera que al reproducir el rollo, este sonara mejor. Sin embargo, al observar la ejecución se detecta que en algunos tramos se mezclan más de 10 notas a la vez, cosa imposible para cualquier pianista que no tenga tres mano. La máquina de perforación manual de la fábrica fue donada en 1976 por el profesor Fernando José Kaiser al Museo de Instrumentos Musicales Emilio Azzarini de la ciudad de La Plata y actualmente, se puede visitar. El maestro Emilio Brameri realizó numerosos arreglos para gran cantidad de los títulos perforados por esta fábrica. Los rollos Pampa tuvieron como pianista a los famosos Agustín Bardi, Francisco J. Lomuto, Julio Goossens y Emilio Brameri, entre otros.
