Redondo y mítico rock

FOTOTECA

En 1976 nacía una de las bandas más importantes del rock argentino y más influyentes de Latinoamérica

Leyenda, mito, emblema. Mucho de lo que pueda adjetivarse sobre Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota esconde el filo del lugar común. Y precisamente ese es el territorio del que la banda se puso en las antípodas desde sus orígenes.

Primer bondi

Los pilares y fundadores de la leyenda fueron Carlos Alberto “Indio” Solari, como cantante y letrista; Skay Beilinson en la guitarra, y Carmen Castro “La Negra Poly”, como mánager y sostén; junto al artista Ricardo Cohen “Rocambole”, quien le brindó una estética inconfundible. Todo empezó en la ciudad de La Plata, en un momento del país que no daba para pogos: era 1976 y se estaba iniciando la última dictadura cívico-militar. En esas primeras presentaciones, de la mano de una performance con mucho de ritual surgió el nombre: Un amigo del grupo acostumbraba a repartir en las presentaciones buñuelos de ricota realizados a partir de una receta firmada por Patricia Rey.

A brillar mi amor

Desde el principio, no se dedicaron sólo a la música sino también a una particular manera de presentarse, tanto sobre como bajo el escenario. Durante los casi veinte primeros años se mantuvieron como grupo de culto. Pero con el correr del tiempo, ninguna otra banda de rock en el país -y pocas en el mundo hispano- llegaron a alcanzar semejante masividad de público. Honestidad, trabajo creativo y autogestión fueron como un pacto tácito que la banda mantuvo con el público a lo largo de casi 30 años. Pero ni a pesar del éxito y la calidad sonora se pudieron salvar las diferencias internas que llevaron a la separación definitiva del grupo en el año 2001.

Juguetes perdidos

Más allá del perfil que el grupo cultivó sobre los márgenes de los principales circuitos de la industria cultural, a principios de los ’90 comenzaron a llenar estadios, a tal punto, que conseguir un lugar donde todos los fanáticos entraran se volvió muy difícil para la banda. Al mismo tiempo se fue construyendo una identidad ricotera que cobijó a miles y miles de jóvenes que atravesaban tiempos de orfandades en múltiples sentidos. Quizá es por eso que muchos siguen cantando como un himno: “Cuando la noche es más oscura/se viene el día en tu corazón”