Planta de mundo, esa es la Santa Rita. Amiga de las orillas mediterráneas y de los trópicos, de la calidez sudamericana y de toda pérgola o vacante paredón en donde caiga un tibio rayo de sol. Sí, también de la alcalina fachada colonial de la pulpería, allí donde extiende su misterioso encanto. ¿Y si le decimos que sus flores, en verdad, no son tal? Pase y descuba los secretos de esta bella moza.