El café no sólo tiene un aroma más preciado, también es símbolo de calidez porque nos da la excusa perfecta para reunirnos. El café es pasatiempo, inaugura amores y cierra tratos. Los argentinos somos profundamente cafeteros aunque su producción agrícola no diga lo mismo.
Ojalá que llueva café
El café que se consume en Argentina es un 95% brasilero y un 5% colombiano. Aunque es difícil sacar cuentas en el contexto moderno del auge del café en cápsulas, queda claro que prácticamente no existe una producción local; si bien existe un intento concreto de revertir esa tendencia. Las principales provincias productoras son Misiones, Chaco y Corrientes. Es en esta última donde se intenta incrementar la producción nacional de café. El ingeniero Linder Adolfo Bartra es quien dio los primeros pasos de esta alternativa que podría consolidarse con paciencia y labor. El cultivo de los cafetales requiere de 3 a 5 años, por lo que se necesitan productores con paciencia y tenacidad. Es, además, una apuesta de trabajo para pequeñas familias puesto que la cosecha no admite procesos mecánicos y, por lo tanto debe hacerse en forma manual.
Usos y más usos del café
Si sos de los que para cada ocasión ofrecés un cafecito, seguramente tengas restos de granos o de café molido que deseches a diario. ¡No lo hagas! El café puede ser útil en otros contextos y así con su uso reciclado más y más cafés tendrás ganas de servir. Te dejamos algunos datos muy interesantes sobre el café:
- Agrupado en tul o telas semejantes, el café puede ser un perfecto desodorante para la heladera o para el auto.
- Frotarse las manos con café antes de lavarlas, luego de haber picado ajo o cebolla, hace que el aroma picante desaparezca más rápido.
- Si se pone a secar, el café puede servir para ahuyentar a las hormigas que te consumen tus plantas.
- Es un excelente fertilizante.
- Mezclado con agua, puede ser una tintura natural para rasguños leves en los muebles.
Un productor de vínculos sociales y de sentidos
Nacional o extranjero, el café es la excusa perfecta. Para charlar, para tratar un tema importante o para disfrutar un rato, para conocer a alguien o para cerrar una relación; todo pasa por el café que también fue, en el albor de Buenos Aires, esa bebida que reunió a los más ilustrados en esquinas típicas de encuentro. Tiene un lenguaje propio, forja un estilo y sus variedades se asocian con las diversas personalidades.
Con la augurosa esperanza de que el café nacional alcance su merecida difusión, te invito a un cafecito para seguir charlando del tema.