Wiphala: ninguna bandera, todo un símbolo

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Originaria de las comunidades andino amazónica, la Wiphala es símbolo de vida en armonía. Y, a puro significado, extiende fronteras.

Una bandera que no es bandera, que apenas encarna su fisonomía: un objeto flexible, ondulante, cuadriculado. Eso es, en idioma ayamra, el significado de “Wiphala”. Aunque al latir, al vivir de los pueblos originarios y de todos quienes bajo el cobijo de la Madre Tierra anden su camino, sin distinción de origen o piel, la Wiphala es un símbolo. La Pachamama, el cosmos, los animales, las plantas, los hombres. Todos ellos caben en su simbología, pues, por sobre todo, la Wiphala es sinónimo de vida en armonía. El cruce de lo dual en equilibrio y convivencia: el arcoíris macho y el arcoíris hembra. Y allí el pilar de las cosmovisión andino amazónica que a la Wiphala ha dado vida, que tanto hoy parece todavía tener para decir y pregonar. Desde estas líneas, abrimos oídos a ella.

Wiphala, un símbolo sin fronteras

Al decir e investigar de historiadores, la Wiphala es originaria de las comunidades del Lago Titicaca, entre los territorios de Bolivia y Perú. Puesto que las insignias con las que aquellas identificaban a sus balsas de totora portaban los colores del arcoíris. De hecho, el hallazgo de restos de una bandera similar a la Wiphala, de 800 años de antigüedad, en la costa pacífica del Perú parece reafirmar la teoría. Aún así, la Wiphala ha extendido fronteras de modo tal que lejos está de alzarse cual estandarte de comunidades únicas. Si bien las comunidades andino amazónicas han sido sus históricas portadoras, comunidades indígenas diversas supieron adoptarla cual emblema de sus derechos. De allí que para el propio Consejo de Amautas Indígenas del Tawantinsuyu (siendo los Amautas -en quechua, personas de gran sabiduría- encargados de la educación durante el incanato o imperio del Tawantinsuyu) no es preciso pertenecer a un pueblo originario para ser representado por la Wiphala. Aquella que, en sus siete colores, tiene un gran mensaje que transmitir.

Siete colores, una cosmovisión

Siete colores del arcoíris hembra en cruce y multiplicación con siete colores del arcoíris macho. Y allí los 49 cuadrados de igual tamaño que componen la Wiphala (¿ha percibido, acaso, que, a diferencia de las tradicionales banderas, se trata de un símbolo cuadrado?). Aunque la significación más velada se halle, tal vez, en el decir de sus colores. Para los Amautas, el rojo representa el contacto con la Pachamama, la raíz ancestral, la identidad; los saberes de la Tierra y el Cosmos transmitidos por los ancestros y Apus (montañas protectoras con las que se comunicaban mediante rituales). El naranja representa la memoria oral de la cultura; a los yachay wasi (casas del saber), los ayllus (grupos familiares de la comunidad) y a la medicina ancestral. El amarillo simboliza al Nunaq, Espíritu Ancestral presente en todas las cosas; a las cuatro virtudes del hombre andino: Munay (amor incondicional), Yachay (sabiduría), LLank´ay (trabajo alegre y con pasíon) y Kamay (creatividad); así como a la dualidad de energías. El blanco simboliza la evolución, el desarrollo intelectual, el trabajo artesanal, la ciencia y técnica que acompañan a los procesos de la naturaleza; un desarrollo personal que no se concibe si no es comunitario. El verde representa a la naturaleza; los frutos de la tierra, el trabajo en el campo, la economía comunitaria autosuficiente, la abundancia de alimentos y minerales; a la Yaku Mama (Madre Agua). Finalmente, el azul representa al Hanan Pacha (mundo cósmico). Mientras que el violeta simboliza a los Ayllus, Markas y Llajitas (comunidades, regiones y nacionaes); al Inka como la expresión de evolución y poder político y comunitario del Tawantinsuyu.

¿Comprende ahora por qué la Wiphala desconoce de fronteras, estados y naciones? Porque para vivir de acuerdo a la naturaleza de la propia Madre Tierra, a sus naturales procesos, no es preciso portar determinado color de piel ni portar ciertas ropas. Tampoco hablar determinada lengua ni proceder de un lugar específico. Para el Consejo de Amautas Indígenas del Tawantinsuyu donde exista una Wiphala estará representado el amor y el respeto al universo, a Pachamama, a los animales, a las plantas, a la tierra, a las comunidades y a la allpa mama (naturaleza)”. Llenando de color a nuestros pingüinos, vaya si la Wiphala por estos lares flamea.

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