Capaz de cautivar a Borges; poseedor del más profundo erudismo, Xul Solar es uno de esos pintores que nunca se terminarán de analizar y quizá por ello trascenderá como un clásico, porque las posibilidades que se presentan para pensar su obra son infinitas y con solo observar una pintura ya puede verse ese “pan” (que abarca todo) y que sobrevoló la construcción de su universo.
Suma de saberes
Tuvo Xul Solar un pasaje por la facultad de arquitectura y de alguna manera se gestó allí la base de su afán constructivo. Conocimientos amplios de las religiones y de la filosofía hermética, junto con el dominio de las acuarelas como técnica artística, son algunas de las tantas cosas que lleva en 1916 a Europa. Regresó cargado de muchas herramientas más. En Italia se vincula con Pettoruti y en apenas cuatro años se encuentra haciendo una presentación de óleos en los que su interpretación del expresionismo y del fuvismo se daba a conocer. Por otra parte hará presentes acuarelas que serán muestra del geometrismo emergente. Para esta época Alejandro Schulz Solari ya se había convertido en Xul Solar.
El mundo “pan”: una búsqueda de la armonía universal
El anhelo de suprimir la legendaria Torre de Babel con la que todos los idiomas se diferenciaron y fueron separando a la humanidad está presente en muchos pensamientos artísticos o de avanzada. Sin embargo, Xul Solar fue uno de los pocos que realizó concretas obras en función de ello. Se orientó, por ejemplo, en la creación de lenguas. Una de sus creaciones fue lo que dio en llamarse el neocriollo. Este presentaba una mixtura entre el español con algunas piezas modificadas y el portugués. Creó, por otra parte una “panlingua” que quiso ser una especie de lenguaje universal que salvara todas las distancias. Dentro de ese universo en que todo fuera de alguna manera “globalizado” inventa también el “pan-juego” que era un ajedrez enorme o un piano que con sus piezas y sonidos se vinculaba con principios de astrología.
Vanguardia y el vínculo con Borges
No fueron muchas las exposiciones que tuvieron lugar en Argentina de Xul Solar pero la actividad intelectual de este artista no tuvo descanso. Se vinculó con vanguardistas tales como Oliverio Girondo o Macedonio Fernández y estrechó un importante vínculo con Jorge Luis Borges que se convirtió en su admirador. En la pintura de Xul Solar aparecen elementos vinculados con la religión cristiana, judía, islámica y está plena de símbolos; son recurrentes las estrellas de David, los ángeles, las serpientes y los astros; pueden aparecer banderas, cúpulas, dragones u ojos e infinitas cosas más porque una mirada que tenía puesto su umbral en la totalidad, tanto tenía para transmitir como para impulsar a interpretar.