El Delta de los ríos Missouri y Mississippi fue su cuna; y el no menos pretencioso Delta del Paraná argentino su hábitat por adopción. Si Domingo Faustino Sarmiento haría estragos en dichas tierras al introducir el mimbre; el árbol de pecan no iba a ser la excepción. Cuando el prócer regresa al país como embajador de los Estados Unidos -en 1868- no lo haría en soledad; sino en compañía de esta peculiar especie ¿Con que fin? Pura ornamentación, aunque su destino estaría signado por las bondades de la mejor cocina gourmet.
Aquí están, éstas son…
El árbol de pecan es el único nogal de origen americano, fuente de creación de nuestra nuez protagonista. Esa a la que nada parece faltarle para hacer honor a su estelar papel: tiene alto contenido de nutrientes (proteínas, fósforo, calcio, hierro, potasio y vitaminas A, B1, B2, B3, C y E); además de ácidos grasos mono-insaturados que ayudan a reducir el colesterol malo. Como si poco fuera, tiene bajo contenido de sodio, lo que resulta ideal para hipertensos. En resumidas cuentas, se trata de un fruto muy superior a la nuez común…y no sólo en materia nutricional. Es untuosa y crocante a la vez; y su sabor es dulce y agradable, difiriendo del dejo áspero y amargo de su “competidora”.
El espaldarazo
Hasta aquí, todo color de rosa. Más aún si tenemos en cuenta que el pecan anidó en el Delta como si fuera tierra natal; y que la proliferación de su plantación implica bajos costos iniciales. Ante la excelente demanda que las nueces tienen en el extranjero, la ecuación parece cerrar a la perfección ¿Qué esperar para dar vía libre a la producción de este fruto estrella? Claro está, al tratarse de una producción no tradicional la cadena de comercialización luce precaria y los resultados parecen inciertos; tanto como la proyección de consumo a nivel nacional. Aunque para toda duda existe una certeza: se trata del CAPPECAN, el primer Consorcio Argentino de Productores de Pecan, fundado en el 2004 ¿El propósito? Compartir conocimientos y esfuerzos comerciales; además de optimizar esfuerzos en pos de la mejora del cultivo y su difusión.
Tomando nota
A la hora de producir pecan hay que tener en cuenta que se trata de un cultivo a largo plazo (comienzan a producir entre el 4º y 5º año, alcanzando la plenitud a los 15); aunque no tiene límites de vida útil ¡Hay pecanes con 100 años de producción a cuestas! Aún así, la post cosecha es aquello que desvela al CAPPECAN. Los productores aún venden sus nueces a un procesador; por lo que el gran objetivo del consorcio es instalar la primera planta grande de procesamiento para sus miembros. Quienes poseen campos de producción desde Misiones hasta Buenos Aires y La Pampa. Gran proliferación resultante de las benévolas condiciones climáticas que ofrece la región.
¿Interesante hasta aquí? Las nueces pecan esconden un universo en su pequeñez; ese que asoma sin pudores al hábitat de la vanguardia gastronómica. Destino de estrella si los hay… y méritos le sobran.
