Fiambres: Marche uno de salame y queso

FOTOTECA

En picnics, picadas o preparaciones gourmet, el fiambre siempre acompaña la cotidianidad del argentino.

Cada argentino tiene un tipo de fiambre favorito. El fiambre ocupa un lugar importante en la gastronomía típica de nuestro país. Por un lado, nos “saca de apuro” cuando falta el tiempo (o las ganas) de preparar una comida; por el otro, es ideal para acondicionar, destacar o completar una buena mesa.

Un desparramo de sal

Salame, jamón, leberwurst, mortadela, salamín, pavita, fiambrín, paleta, salchicha, longaniza, paleta de cerdo, son sólo algunas de las opciones que tenemos a la hora de elegir estos embutidos tradicionales. El grado de popularidad de cada uno suele estar ligado al bolsillo del consumidor. Así, el jamón crudo y la pavita están destinados a un segmento más privativo de consumidores, mientras que la paleta, el salchichón y la mortadela están más cercanos a los consumos populares y masivos.

Sobre gustos…

De qué manera se conserva, se estaciona, se corta y se ofrece un fiambre dice mucho sobre su calidad. Hay varias formas de trozarlo, según la finalidad y el pulso del fiambrero. Una parte de los consumidores prefiere el jamón en fetas bien finas y livianas, de esas que se deshacen en la lengua. Otros, en cambio, solicitan un corte más grueso para prepararlo en rollitos y poder servirlo sin pan y en bandeja. Cortarlo en cubos es la forma típica en la que se preparan las picadas o degustaciones en general.

Un poco por aquí, otro poco por allá

El jamón cocido, el jamón crudo y la panceta se prestan gratamente como relleno de diversas carnes rojas y blancas. La milanesa napolitana no es tal, sin una extensa feta de jamón que la cubra. El salame y el salamín, brillan encima de una rodaja de pan casero, pero la vidriera más atractiva del fiambre es la “tabla de fiambres” o “picada pulpera”, que suele acompañarse con otras exquisiteces tales como nueces, almendras, quesos, cerezas, aceitunas, panes, maníes y papitas de copetín. Y a no olvidar la pizzetas y los sándwiches de miga que felizmente se disputan los niños en las fiestitas de cumpleaños.