La provincia de Santa Cruz es la más austral de la Patagonia argentina, la menos poblada después de Tierra del Fuego y la segunda en extensión territorial luego de Buenos Aires, con una superficie de 243.943 km2, es decir, el 6.5 % del total nacional. Limita al norte con Chubut, al este con el océano Atlántico y al oeste y al sur, con la República de Chile.
Orígenes
Luego de varios intentos de colonización, en 1878 se fundó la gobernación de la Patagonia y en 1884 se organizaron los territorios nacionales, dando origen a la gobernación de Santa Cruz con los límites actuales. En 1957, sus tierras adquirieron condición de Estado Provincial, al quedar separadas de la antigua gobernación marítima conformada por Tierra del Fuego, Islas del Atlántico Sur y el Sector Antártico Argentino. Desde entonces, ha experimentado un creciente desarrollo a nivel turístico.
Naturaleza fresca
A pesar de su clima frío, que promedia los 8,99º C, Santa Cruz fue originariamente poblada por asentamientos indígenas tehuelches y nómades cazadores de guanacos. De hecho, Magallanes los encontró en zona costera en 1520, convirtiéndose en el primer europeo en descubrirlos. Desde siempre, el factor climático ha tenido una injerencia negativa tan radical, que ha condicionado la proliferación de pobladores y por ende, del crecimiento demográfico. Sus relativamente escasos habitantes se concentran hoy en los principales centros urbanos: Río Gallegos (capital), El Calafate, Pico Truncado, Río Turbio, Caleta Olivia y Puerto Deseado.
Juego de relieves
El mapa físico de Santa Cruz presenta una interesante combinación: zona costera, de glaciares y de lagos. Mesetas con ríos y la precordillera con bosques. Una geografía de contrastes que atrae a turistas de todo el mundo, quienes quedan fascinados ante la belleza sus atracciones: los Parques Nacionales Los Glaciares, el impactante yacimiento fósil que constituye el Bosque Petrificado de Jaramillo y la majestuosidad del asombroso glaciar Perito Moreno, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1981 y catalogado “la octava maravilla del mundo”.
