¿Qué sucede cuando tener todo al alcance de la mano ya no es suficiente?, ¿cuándo las multitudes, la urbanidad y sus coletazos comienzan a entorpecer nuestra calidad de vida? Desmitificando aquello de que las ciudades son abundancia y los pueblos perecen en la carencia; la ponderación de las posibilidades que las primeras ofrecen por sobre las limitaciones de éstos últimos, la ecuación parece cambiar su sentido. Porque la vuelta a “los pagos” es posible, la vida rural es uno de los objetivos que numerosas familias han comenzado a plantearse en busca de una mejor existencia.
Dando vuelta la tortilla
Que la concentración poblacional en las urbes ha sido una constante histórica no es novedad, por lo que revertir la tendencia representa, cuánto menos, un horizonte desafiante; más no imposible. ¿Posible amenazas? Las mismas que han llevado, por décadas, al exilio campo-ciudad: falta de trabajo, infraestructura educativa y/o sanitaria, caminos, conectividad y demás etcéteras. Por lo que el asunto implica una labor articulada y, por sobre todo, un primer paso que la fundación ES VICIS estuvo dispuesta a dar. No solo en a favor de la subsistencia de los pueblos; sino de quienes procuren una mejor vida en ellos.
Bienvenidos a mi pueblo
En el marco del programa “Bienvenidos a mi pueblo”, la fundación ES VICIS promueve la repoblación de comunidades rurales en pos de potenciar su crecimiento económico y social. Desde la llegada de nuevos habitantes con ánimos de emprender es que se desarrollan nuevos negocios y se ofrecen nuevos productos y servicios, los cuales no están sí o sí vinculados con la tan comúnmente asociada actividad agropecuaria. Y para ello la clave está precisamente en detectar las oportunidades de desarrollo de cada uno de los pueblos, en sintonía con un emprendimiento sustentable de parte de los recién llegados, de modo que su integración resulte en un desarrollo genuino, perdurable en el tiempo.
Poniendo primera
El debut de la iniciativa estuvo dado por la repoblación de Colonia Belgrano: un de los tantísimos pueblos de pie en la provincia de Santa Fe, con 1300 habitantes en su haber y a medio andar entre Rosario y la capital provincial. ¿El resultado? Unas 20 familias que lograron insertarse positivamente. En asociación con el Gobierno provincial y la embajada de Suiza, ES VICIS lo hizo posible; apostando a tres pilares de sostenibilidad que consideran básicos para cualquier migración: bienvenida garantizada para las familias en la sociedad de recepción, trabajo asegurado e infraestructura adecuada, lo que implica la vivienda pero también disponibilidad de escuelas, centros de salud, comercios, servicios, caminos, conectividad y todo aquello que conlleva “habitar” un espacio.
¿Y ahora, qué? Tras el positivo comienzo, el programa se encuentra en la llamada “fase escala”, con la intención de replicar el programa en otros 20 pueblos del país. Sin dudas, una iniciativa inspiradora, necesaria. Desde estos pagos pulperos en los que tanto hemos pregonado el oficiar de puente entre el campo y la ciudad, no podemos más que hacernos eco de tan desafiante iniciativa. Porque el equilibrio poblacional es cosa de todos. Tanto como la querida república que habitamos.