Si algo en común tienen el postre de la fecha y la homónima danza napolitana, no es más que la algarabía que ambos encierran. Pues, paladeo o coreografía mediante, flor de festín generan en comensales y danzarines. Eso sí, en lo que a la delicia refiere, sepa usted que no se consigue en el viejo continente… Aunque con reminiscencias italianas, la tarantela es dulzura argentina, de esas que la gula agradece… ¡y siempre apetecen!
Porteña de ley
Otra receta made in suelo nacional y van… ¿Recuerda aquello de que la milanesa napolitana no es más que una joyita porteña? Pues bien, por igual senda ha andado la tarantela, postre de los postres a la hora de la sobremesa. ¿Y desde qué épocas? Se cree puede tratarse de un invento de principios de siglo XX, salido de la galera de uno de los tantos inmigrantes italianos que coparon la ciudad para entonces. Claro que el visto bueno de los paladares locales hizo que la tarantela se convirtiera en un clásico de las mesas argentinas, traspasando, incluso, las fronteras de la ciudad. ¿Qué si ya paso su cuarto de hora? ¡Pero si el sabor del bueno nunca entra en decadencia! Cierto es que la tarantela puede sonar, para muchos, a postre de antaño; pero nunca faltan los menús que honren su memoria, así como tampoco recetarios que la evoquen…Y hablando de Roma, ¿de qué va la preparación? Rodajas de pan, manzanas, y un ligue similar al flan componen el ABC de la tarantela. Vaya tomando nota…
Paso a paso
- 8 huevos
- 200 gr de crema de leche
- 400 gr de azúcar
- 200gr de manteca
- 20 rodajas de pan de molde
- ½ Kg de manzanas verdes
- 250 gr de azúcar
- 50 ml de agua
Separe 250 gr de azúcar y fúndala en el agua hasta que se torne dorado. Una vez lista la fundición, acaramele un molde rectangular, del tipo utilizado para un budín. Reserve.
Acto seguido, comience a preparar el ligue. Mezcle los huevos con los 150gr de azúcar restantes y la crema. No bata, sólo mezcle y reserve.
Finalmente, descortece las rebanadas de pan y úntelas con la manteca blanda. Pelas las manzanas y córtelas en rodajas finas.
Tome el molde acaramelado y disponga sobre su base una capa de rodajas de manzanas, luego, una de rodajas de pan (siempre con la manteca hacia abajo), y así sucesivamente. Alterne una capa con otra hasta acabar con los ingredientes. La última capa debe ser de rodajas de pan, aunque, esta vez, con la manteca hacia arriba. Vierta el ligue hornee a baño de maría, durante 90 minutos, a 160ºC. Retire, deje enfriar y lleve el postre a la heladera durante aproximadas 12hs antes de desmoldarlo. Una vez hecho, sirva con chantilly –por qué no dulce de leche– y disfrute sin prisas ni pausa. A fin de cuentas, si de tarantela se trata, no puede menos que saborear hasta la última nota de su inconfundible y tentador sabor.