El enigmático Torrontés

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El vino torrontés se alza como “el” vino blanco argentino. Sabores y variedades de una verdadera reliquia nacional.

Los aproximados 200 años de historia vitivinícola argentina encuentran al torrontés como uno de sus actores más enigmáticos. Especialmente ante los ojos del mundo, quienes observan atentos las peculiaridades de este vino de exclusiva producción nacional.

Buscando el rastro perdido

“A Mendoza fui una tarde,
a buscar una tonada;
la quería de uvas verdes,
la encontré de uvas moradas.
Canta el agua en las hileras,
cristalina y deshelada,
mientras va regando cepas
moscateles de uvas blancas”
Jorge Argañaraz, “De la uva al vino”.

El surgimiento del torrontés, cepa emblemática argentina para sus vinos blancos, fue posible gracias el cruzamiento genético de dos variedades: uva criolla y moscatel de Alejandría. Así, la identificación de esta nueva cepa fue un proceso complejo y accidentado. Los viticultores no tenían una categoría donde encuadrarla. En dos palabras, no existía. Sin embargo, aún podemos arrojar más datos que precisen su origen. Mendoza se “revela” como su lugar de nacimiento. Los Jesuitas tendrían que ver con ello al introducir el cultivo de la uva de Italia en la viña del Colegio de Nuestra Señora del Buen Viaje de Mendoza. Luego, la cepa moscatel de Alejandría se expandió e integró con la uva negra ante las favorables condiciones de la región.

Multifacético

Dueño de un sabor inigualable, el torrontés es altamente aromático, floral y con un dejo cítrico delicioso. Basta con acercar la nariz a una copa de este vino para dudar sobre si debe venderse como vino o perfume. Tiene un color miel verdaderamente cautivador. Pero más allá de estas características, el torrontés tiene una identidad tan compleja como su nacimiento: este vino cubre todo el mapa estilístico. Algunos son secos, livianos y frescos como el Pinot gris, mientras que otros son gruesos y pesados, como el Chardonnay californiano de uva ultra-madura. Todo un dolor de cabeza para los catadores… O una verdadera tentación.

Para variar

Pero la historia no termina aquí. Sólo para complejizar más el asunto, el torrontés tiene tres variedades. Proveniente de las provincias Salta y La Rioja, el torrontés riojano es muy frutado, seco y ostentando una alta calidad. También encontramos los menos aromáticos torrontés sanjuanino y mendocino, originarios de la provincia de San Juan y Mendoza respectivamente. Claro que en la evolución de este vino hay mucha experimentación: algunos se producen en tanques de acero, lo que acentúa los aromas frescos y vivaces, mientras que otros son añejados en barriles de roble, lo que agrega profundidad y textura.

En definitiva, la diversidad está a la orden del día para nuestro protagonista. Por cierto, cada vez más estelar en la destacada vidriera de vinos nacionales.

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