Flan Formosa, un postre banana

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La tradicional receta de las abuelas, ahora con un ingrediente de lujo: la banana. Desde Formosa, y con toda la gula, para usted.

Desde los pagos del litoral argentino, un postre de antaño nos ofrece su vuelta de rosca. ¿Quién no recuerda los flancitos caseros de la infancia, esos que nos preparaba la abuela? Para Juan Carlos Duca, formoseño de pura cepa, las encargadas de tamaña dulzura eran las manos de mamá. Aunque don Juan, como buen hijo y mejor aprendiz, supo hacer su versión propia de aquella receta. ¿Cómo? Agregando un ingrediente que enorgullece a quién lo vio nacer, a su querida tierra natal. Con ustedes, el venido a llamar flan Formosa. Aquel que contiene el fruto por excelencia de esta provincia argentina: la banana.

Tierra bananera

Sabido por muchos, desconocido por otros tantos, el hecho es que Formosa ha sido, históricamente, una de las provincias productoras de banana más importantes del país. Preponderancia que se vio desplazada tanto por el ingreso al país de bananas brasileñas y ecuatorianas, como por la competencia que comenzó a ejercer la producción salteña y jujeña. Sin embargo, para los paisanos formoseños este fruto es moneda corriente. ¡Si hasta las compran de a 12 como quien compra una docena de huevos! Por eso, para Juan Carlos, este postre es todo un homenaje a quienes continuaron confiando en las bondades del cultivo bananero, más allá de toda adversidad. Puro agradecimiento a su Formosa querida… y su gente. ¡Especialmente su madre, por supuesto! Musa inspiradora de este postre que ya ha trascendido las fronteras de la provincia y que hoy compartimos con usted.

El ritual de la banana

Para ocho porciones:

  • Leche (1 litro)
  • Bananas (8)
  • Huevos (6)
  • Azúcar para el flan (6 cucharadas)
  • Azúcar para el caramelo (6 cucharadas)

Licuar las bananas junto con la leche y los huevos. Verter en la licuadora las 6 cucharadas de azúcar y reservar. Luego, en una budinera o flanera, preparar el caramelo. Para ello, mezclar al calor del fuego las otras 6 cucharadas de azúcar con un poco de agua (aproximadamente, una cucharada sopera). Una vez que líquido resultante tome un color amarronado, retirar del fuego y dejar enfriar. Luego, verter la preparación en el recipiente acaramelado y cocinar a horno moderado durante una hora o en una olla grande a baño maría durante 50 minutos. ¿Algún detalle más? No se me vaya a olvidar del dulce de leche. ¡Y métale sin culpas a esta terrible dupla!