Aunque sus raíces se encuentren en el Piamonte italiano, el Gancia es un argentino de ley, y en el más literal de los sentidos. ¡A ella ha ajustado su forma! Y a los locales paladares que, desde su arribo, lo han adoptado como propio. Hoy, como, ayer el hijo pródigo de los aperitivos dice presente.
Desde Italia, con burbujas
Obra del italiano que le dio vida y apellido, el Gancia es una de las muchas tanadas que supieron cruzar el charco con éxito. Su mentor fue Carlo Gancia, allá por el año 1850. Claro que, para entonces, esta bebida no era la que hoy conocemos. Don Gancia fue pionero en la creación del llamado spumante italiano, un vino espumoso concebido de acuerdo al tradicional método utilizado en la francesa región de Champagne. ¡Imagine la joyita que el bueno de Gancia tenía en sus manos! Así fue como el nuevo siglo encontró a su preciada criatura alcohólica de este lado del océano.
Con sello argentino
Ya en 1934, la empresa Fratelli Gancia era un hecho por estos pagos. Con producción y distribución nacional, el llamado Americano Gancia no paraba de crecer. Su gran salto de calidad lo dio en 1959, cuando su tradicional tapón de corcho fue reemplazado por la tapa a rosca “Pilfer”, recién llegada al país. Sin embargo, la gran vuelta de tuerca llegaría cinco años más tarde, tiempo en que la historia del Americano Gancia cambió para siempre: al rebajar el nivel de vino en su composición (menos del 75%, tal como le indica la ley argentina), el Americano Gancia se convertía entonces en aperitivo. Sí, sí, sí… toda una creación nacional.
Gancia, “el” aperitivo
Portando su condición en el sólo nombre, el Gancia supo ganarse su lugar de honor en la antesala de las mesas nacionales. Caracterizado por su sabor herbáceo y cítrico a la vez, en buena combinación con el dulzor del azúcar, se trata, sin dudas, del aperitivo más argento. ¡En nuestro suelo nació! Y con éxito sobrevivió. ¿Motivos? Aunque en cuestión de gustos y sabores no hay nada escrito, cierto es que la presencia italiana en más de un árbol genealógico ha hecho su grato aporte a la causa.
Y si de aportar se trata, nosotros ponemos el aperitivo, la soda, el hielo y el limón. ¡Usted venga bien dispuesto a la ocasión! Que cuando la noche asoma, nada como un legítimo Gancia. El Americano, el argentino.